En la fotografía de la lista electoral del PP en el Ayuntamiento de Barcelona no aparece el actual presidente del grupo municipal, Óscar Ramírez. Su ausencia es la visualización de un enfrentamiento directo entre familias del partido que transciende las fronteras de la ciudad y que ha sido el detonante para el estallido de una guerra civil a las puertas del 28M. «Barcelona es el campo de batalla de una guerra en toda Cataluña entre dos familias, la de Alejandro Fernández y la de Núñez Feijóo, y este último, con el apoyo de quien hasta hace poco había sido su enemigo, Alberto Fernández Díaz. Esto explotará pronto, la época de Vidal Quadras era una balsa de aceite comparado con ahora», advierten fuentes del partido en conversación con el TOT Barcelona. Y de hecho, ya hay efectos directos de la guerra.
Tres asesoras del grupo municipal cesadas
El presidente del grupo municipal ha cesado a tres asesoras del grupo municipal. Como queda recogido a la Gaceta Municipal, Óscar Ramírez ha destituido -de hecho es Ada Colau quien firma el cese a petición del presidente del grupo municipal-a Irene Pardo como miembro del Consejo Municipal del Distrito de les Corts, también a Míriam Casanova, asesora, y a Gema Gesa, secretaria. También ha contratado a una persona de su estricta confianza, Miguel Raposo, presidente del PP en Gràcia y hasta 2020 asesor del grupo municipal, cuando fue destituido por Josep Bou. Las otras dos nóminas de asesores del grupo municipal quedarán sin asignar, tal como ha confirmado este diario.

A Irene Pardo -Bou la fichó- es la presidenta de Nuevas Generaciones en Cataluña, pero además es candidata del PP a Sant Adrià. Una circunstancia que, como explican fuentes del partido, desde el grupo municipal se quiso cortar de raíz al considerar «inmoral» que «una persona cobre dinero de un ayuntamiento y a la vez haga campaña para otros». Además, añaden estas fuentes, «Pardo tenía una pésima relación con Alejandro Fernández». Por su parte, Gema Gesa es más que una secretaria. Además de ser la número 9 de Sirera, fue la histórica secretaria de Alberto Fernández Díaz y siguió con Josep Bou. Y Míriam Casanova -regidora con Fernández Díaz -se encargaba de asesorar en el área económica, uno de los puntos fuertes que presenta el candidato del PP. Tres asesoras que Ramírez ha destituido y que han llegado pocos días después de que se hiciera público que el actual presidente del grupo municipal se quedaba fuera de la lista del 28M.
Fuentes del partido conocedoras de la decisión de Ramírez señalan que los ceses evitan una situación «inmoral», porque Daniel Sirera y la dirección provincial del partido «pretendían utilizar los asesores del grupo municipal, y, por tanto, unos recursos que se asignan para el funcionamiento de la actividad municipal ordinaria, para hacerle campaña electoral a Sirera». Justamente, la acusación que formulan otras voces del partido consultadas por este diario es que Ramírez quiere «reventarle la campaña a Daniel Sirera, hundirlo y cargárselo todo» y le recriminan «el ánimo de venganza» después de no haber aceptado un «buen lugar» en la lista electoral. Van más allá y sentencian que «Ramírez no habría hecho estas maniobras de tierra quemada si no tuviera la complicidad, o como mínimo la pasividad, de la dirección del PP en Cataluña», es decir, de Alejandro Fernández. Es más, consideran que Fernández ha dado «carta blanca a Ramírez para destrozarlo todo porque cree que su pérdida de poder en Cataluña es culpa de Feijóo». En todo caso, avisan que después del 28M «las asesoras volverán a ser contratadas».

Número 4: la oferta de Sirera que Ramírez rechazó
Según ha podido confirmar el TOT Barcelona de fuentes próximas a Sirera y del entorno de Óscar Ramírez, la guerra se desencadenó en el momento en el que el ya candidato en Barcelona, Daniel Sirera ofreció a Ramírez, sin margen de negociación, ir de número 4 en la lista. Una posición que el todavía presidente del grupo municipal habría rechazado por considerarla «injusta y humillando»
Pero los lugares precedentes ya tenían amo: de número dos, Sirera ha puesto a una persona que, si bien es de la familia interna de Alejandro Fernández, es un amigo personal del candidato de su etapa en Nuevas Generaciones, Juan Milián. De hecho, le arrebató el lugar a Ángeles Esteller, muy próxima a Alberto Fernández Díaz y que finalmente ocupa el tercer lugar. «Sin Milián, Esteller habría sido segunda y posiblemente Óscar Ramírez habría sido tercero, habría aceptado y todo esto se habría quedado en un combate y no en una guerra que no sabemos qué víctimas dejará», apuntan fuentes del partido.

En el otro frente del partido, defienden que quien ha iniciado la guerra es la familia Feijóo para intentar hacer caer también Barcelona ciudad del lado del presidente del PP español. «En Tarragona ya han hecho con Mercè Martorell una operación sucia, y ahora lo quieren hacer en Barcelona ciudad», señalan. De hecho, Alejandro Fernández ya solo tiene el control efectivo de Lleida, porque en las direcciones provinciales de Barcelona, Girona y Lleida ya se ha impuesto el líder estatal, que, además, cuenta con la fuerza de barones como Xavier García Albiol, Manu Reyes y Dolors Montserrat.
Sea como fuere, unos y otros han puesto al PP de la ciudad de Barcelona en el centro de una guerra cuando falta menos de un mes para que haya elecciones. Y a diferencia de 2019, los populares podrían ser la tercera pieza de un rompecabezas aritmético para formar gobierno. Si el PSC y Trias se entendieran como alternativa a la continuidad de Colau o a un alcalde de ERC, pero necesitaran 2 o 3 regidores, Daniel Sirera ya se ha ofrecido y ni Collboni ni el candidato de Junts le han cerrado la puerta. La percepción que tengan los votantes del PP de esta guerra, y sobre todo, el provecho que saquen sus rivales, Valients, Cs y VOX, será clave para saber qué familia gana la guerra.