Las encuestas los dejan fuera de cualquier posibilidad de ser alcaldes o alcaldesas. De hecho, en Barcelona nunca han tenido posibilidades de ganar unas elecciones. Pero que superen el umbral del 5% y, por lo tanto, entren en reparto de regidores, puede dar una clave política de gran valor al PP, CUP, Valents o Cs. Porque, si no se produce un cambio de tendencia nunca visto, ningún partido tendrá la mayoría absoluta, fijada en 21 regidores. Solo el candidato socialista Joan Clos se acercó en 1999 con 20 regidores. Tanto la demoscopia como la historia política de la ciudad apuntan que como mínimo dos de los cuatro grandes partidos avalarán al nuevo alcalde o alcaldesa de Barcelona. Dos, o quizás tres. ERC, Barcelona en Comú, el PSC y Junts se repartirán buena parte del pastel, y la foto
Ahora bien, a diferencia de 2019, cuando ERC ganó las elecciones, pero un pacto con el PSC y Manuel Valls hizo alcaldesa a Colau, este 2023 como mínimo el PSC no tiene intención de vetar al candidato más votado. Fuentes socialistas aseguran al TOT que «el contexto es muy diferente ahora, aquel 2019 veníamos del proceso y del 1-O, y el señor Maragall dijo que convertiría Barcelona en la capital de la república. No podíamos apoyarle».
En el caso de Junts-Trias per Barcelona, el candidato solo ha puesto el veto explícito a Colau, pero no a ERC o al PSC. Por lo tanto, las combinaciones aritméticas son múltiples según los regidores que obtenga cada partido: ERC-Comuns-PSC; el clásico tripartito, Comuns-ERC; PSC-Junts; ERC-Junts o el más improbable, pero no imposible, PSC-Comuns, después de que Jaume Collboni dejara el gobierno municipal para competir directamente con Colau.
Otra cosa es si los jefes de filas de estos partidos seguirían al frente o se irían a casa. Trias ya dejó claro que si no era alcalde se retiraría, Collboni dio a entender que pasaría a la oposición -sin que esto quiera decir que el PSC no pueda apoyar a un ejecutivo desde fuera- y Colau tampoco sería regidora en la oposición. Por lo tanto, la opción de tener un gobierno en minoría, pero que haya sido investido por otras fuerzas, está sobre la mesa. Nuevamente, la foto
Ahora bien, estas combinaciones, donde solo se excluye la posibilidad que sumen Comuns y Junts, pueden necesitar la concurrencia de un tercero partido, que no entre en el gobierno o que exija alguna cartera municipal. El TOT Barcelona habla con todos ellos para intentar trazar posibles alianzas y vetos si la aritmética así lo ordena la noche del 28M.
PP: el que tiene más opciones de condicionar
El PP barcelonés está ahora en horas bajas, pero en 2011 estas siglas tenían 9 regidores en Barcelona. Con todo, la derecha española -sumando todos los partidos que se han presentado en este eje- nunca ha superado el 20% de los apoyos a la ciudad en cuatro décadas de democracia y ha estado por debajo del 15% en varios mandatos. No fue hasta que el independentismo se articuló socialmente con la sentencia contra el Estatut en 2010 que esta opción ideológica se acercó al 20% de los votos. En todo caso, la mayoría de encuestas apuntan que solo el PP obtendrá representación, y podría acabar teniendo una posición como la que ostentó Manuel Valls el 2019 para condicionar la alcaldía.
Preguntado por el TOT Barcelona sobre a qué partidos estaría dispuesto a apoyar el PP, el candidato Daniel Sirera evita dar siglas, pero sí pistas claras que conducen al PSC y a Xavier Trias: «Promoveremos el cambio necesario en nuestra ciudad. No apoyaremos a aquellos que han descuidado Barcelona y que han permitido que aumente la inseguridad y marchen las empresas. Ni las ocurrencias de Colau, ni el servilismo en la Generalitat separatista. Nuestros aliados serán la sensatez y la buena gestión para lograr la Barcelona de las oportunidades”. De hecho, tanto Trias como Collboni son conscientes que tendrían en el PP el único aliado posible en caso de que a ambos les hiciera falta un voto añadido. La CUP quedaría descartada.
La CUP: alianzas a la izquierda
La CUP afronta un primer reto de recuperar la representación al consistorio, que perdió el 2019 después de tener 3 regidores el 2015, uno de los cuales sirvió para investir Ada Colau como alcaldesa. Ahora, la CUP-La Alternativa asegura que irrumpe para «impugnar un modelo de ciudad que condena una cuarta parte de su población a la pobreza y
provoca un desahucio cada 48 minutos». Sobre el papel, la CUP no querría tratos con los Comuns, pero las coincidencias ideológicas con la formación de Colau apuntan que sería, y quizás con ERC, la única alianza viable de los anticapitalista, probablemente desde fuera del gobierno.
«Partiendo de esta realidad, cualquier opción política que no luche para impugnar esta situación no contará con nosotros. No se trata ni de siglas ni de caras, tan solo el programa y la voluntad de impugnar el actual modelo», dice al TOT la candidata, Basha Change, que insiste en que quieren ver «programas y propuestas» para «romper con las políticas de los últimos 40 años y construir una ciudad de las vecinas y para las vecinas». La CUP podría ser el tercer partido de una alianza entre Comuns y ERC -a pesar de considerar que los republicanos han utilizado la ciudad para «hacer decaer el conflicto político-, pero no con el PSC en la ecuación.
Valents: votos a cambio de programa de gobierno
La candidata de Valents, Eva Parera, deja muy claro que su partido no repetirá una operación Valls. No dará votos a cambio de nada: «Puedo garantizar que en todo momento las decisiones se tomarán pensando siempre en el mejor por los vecinos y siguiendo los principios y el programa de gobierno de Valents. Si Valents tiene la llave de gobierno en la ciudad de Barcelona, aquellos que quieran contar con nuestros votos tendrán que aceptar nuestro programa de gobierno», dice Parera al TOT Barcelona. No quiere hablar de vetos o alianzas, porque considera «absurdo hablar de pactos» antes del 28M. En todo caso, Comuns y ERC están descartados. En cuanto al PSC y Trias, son estos dos partidos los que, de entrada, no estarían en disposición de negociar con Valents.
Ciutadans: «Juntos, PSC y PP me han sondeado»
Finalmente, Cs, que no aspira a ser muleta de nadie sino que su candidata, Anna Grau, intentará ser alcaldesa. En conversación con el TODO, deja claro que tiene «toda la intención» de presentarse a la investidura como alcaldesa. «Si no soy elegida, pero sí que soy decisiva, mis votos irán a quién respete las líneas rojas de mi programa: bilingüismo proactivo, okupas fuera, STOP superilles y volver a la fiscalidad mucho menos exagerada de 2019», afirma. Con estos condicionantes, Grado hace números y avisa que Ciutadans ha sido sondeado por algunos partidos. La candidata explica que ella personalmente ha recibido «toques de atención informales y preguntas de «que pienso hacer» y de «si nos podríamos entender» de 3 fuerzas: Juntos, PSC y PP. A todos los he dicho el mismo, programa, programa, programa, lengua y hechos», sentencia.
