Cuando falta apenas un mes para las elecciones municipales del 28M, y a medida que las encuestas señalan con más claridad que habrá que esperar a la

El aeropuerto: un conflicto político de primer orden
Parecía que la ampliación del aeropuerto de Barcelona había quedado al cajón durante una buena temporada, después de que a mediados del 2021 AENA acabara retirando una propuesta que pretendía imponer un plan de inversiones de 1.700 millones de euros para ampliar la tercera pista del aeropuerto hasta 500 metros, invadiendo la laguna protegida de la Ricarda del Prat. El plan de AENA prometía 19 millones de pasajeros extra y cerca de 80.000 puestos de trabajo directos e indirectos, pero la condición era imponer el plan sin que ni Ayuntamiento ni Generalitat pudieran modificar ni una coma. Al frente de la lluvia de millones de AENA había Mauricio Lucena (PSOE), que ponía la pelota en el punto de penalti al entonces primer teniente de alcalde de Barcelona y ya rival de la alcaldesa, Jaume Collboni. O crecimiento económico o caos y decrecimiento. Y de hecho, el candidato del PSC, ahora desde fuera del gobierno municipal, pero con su partido encara gobernante con Ada Colau, ha hecho bandera de esta hipotética ampliación, casi la única receta posible para garantizar el despegue económico, empresarial y científico de Barcelona al mundo.
De hecho, el aeropuerto ha sido el tema central del capítulo de movilidad del debate de Pimec. «Hace falta la ampliación y la conectividad transcontinental, nos jugamos el futuro de nuestra economía. Necesitamos quieres directos con la Asia y los Estados Unidos, para nuestras universidades, empresas y científicos, como hizo Boston. Yo quiero ser Boston, no Venecia», ha dicho Collboni, sin hacer mención al hecho que es el gestor aeroportuario AENA quien históricamente ha impedido que el Prat desarrollara su potencial como
En este capítulo, Ada Colau, ha sido contundente con la cabeza de lista del partido, encara socio de su gobierno: «Usted practica un negacionismo climático psicodélico y también un negacionismo económico». Y es que la alcaldesa, siempre muy beligerante con la ampliación del aeropuerto, se ha mostrado ante los representantes de la pequeña y mediana empresa más conciliadora: «El sector público tiene que marcar la colaboración publico privada, tenemos que tener un modelo o saber donde vayamos, buscando complicidades, pero no mintiendo en la población. Y AENA mintió y amenazó los gobernantes que si no hacíamos el que quería perderíamos este dinero». Coláis ha reconocido que Barcelona necesita una «mejor conectividad», pero por la vía de eliminar «quieres más cortos y tener una mejor eficiencia».

Y aquí ha coincidido con quién es su principal rival en la polarización, Xavier Trias. El candidato de Junts ha ratificado la tesis política de Colau y también ha reclamado el poder de decisión para Barcelona: «Lucena nos hizo una trampa extraordinaria, sabía que poniéndonos el alargamiento de la pista nos creaba un problema a todos. Pero aquí la clave es que dejen de decidir por nosotros, el alcalde de Barcelona tiene que tener claro que nadie quiere una agresión a la Ricarda, sino un acuerdo para vuelos intercontinentales que sea lo más compatible posible con un aeropuerto respetuoso con el medio ambiente». En este sentido, Trias ha denunciado que Mauricio Lucena haya utilizado su posición en AENA para «hacer política con 1.700 millones que no son suyos».
También el candidato republicano, Ernest Maragall, se ha situado en este bloque improvisado de Colau y Trias. «Necesitamos un aeropuerto coherente con el talento, la economía y la innovación, pero desde Madrid nos han condicionado y nos han convertido en un aeropuerto
Finalmente, el candidato del PP, Daniel Sirera, se ha situado al bloque del PSC, con el añadido que ha dejado claro que las cuestiones medioambientales son totalmente secundarias: «Personalmente, creo que se tiene que mover la Ricarda para tener el aeropuerto que necesitamos y conectar con la Asia y los Estados Unidos». Ha dicho que si Barcelona no acepta los planes de AENA, «la tercera pista estará a Madrid».
Las Supermanzanas: todos contra Colau?
El debate de Pimec también ha preguntado por la movilidad urbana, y como era previsible, las supermanzanas, lo proyecte estrella de la alcaldesa -con el PSC al gobierno- ha estado en el centro de las intervenciones. De hecho, Xavier Trias ha felicitado la alcaldesa por el éxito de la supermanzana literaria de San Jorge, si bien, bromeando, ha dicho que mejor decirle isla literaria porque no se le echaran encima sus posibles votantes. Pero el exalcalde ya dejó claro que si es alcalde no parará las supermanzanas. «Están mal planteadas», ha dicho. Sin rechazarlas totalmente, ha remarcado que hay que «tener un
«Barcelona tiene que ser una ciudad de personas, que a veces van andando, en transporte público o en vehículo privado», ha dicho Coláis. Entonces, Trias ha asentido que hay que «pacificar el tráfico», pero cree que el gobierno de Colau «ha echado a perder una idea -las supermanzanas- que, muy gestionada, tiene sentido». Además, Trias ha insistido que si bien hay menos coches en el Eixample, «tardan más a hacer el recorrido y contaminan más». Conceptualmente, Coláis y Trias no han sido tan alejados como parecería sobre el papel. Y si bien no se ha hablado de la unión del tranvía, también el candidato de Junts explicó hace unos días que llegado el caso estaría dispuesto a hacer una consulta sobre la unión si así se lo pidieran, y dejaba claro que no pararía el enlace de forma abrupta como había sugerido inicialmente.
Tampoco Ernest Maragall, que ha recordado que las supermanzanas no son un invento de la alcaldesa, y que en Barcelona ya funcionaban, y con éxito, a Gracia y al mismo Portal del Ángel. ERC ha pedido que la pacificación del tráfico en la ciudad sea un «objetivo compartido en toda la ciudad», y ha lamentado que Coláis haya convertido el Eixample «en víctima, en trinchera, como si la movilidad fuera una cuestión interna, cuando tiene un alcance metropolitano porque 500.000 personas vienen a trabajar cada día en la ciudad y no se lo podemos poner tan difícil. De hecho, la supermanzana, tal como ustedes lo han planteado, ha generado gentrificación». Ahora bien, Maragall, que ha admitido que la ciudad necesita dar más espacio al peatón y menos al coche (el 60% es calzada y el 40% espacio para peatones), ha alertado que hay graves problemas que todavía condenan más al fracaso las supermanzanas, como el mal funcionamiento de Cercanías. Y ha reprochado a Jaume Collboni que no haya movido un dedo para que el PSOE, al gobierno español, arregle el drama de Renfe en Barcelona.

Y también en movilidad urbana, el PSC y el PP se han mostrado más cerca entre ellos y más alejados del modelo actual. El hasta hace poco primero teniente de alcalde de Barcelona ha sido claro con la bandera de las supermanzanas «No estamos a favor de 21 Consells de Cent, no es viable ni económicamente ni en términos de movilidad. Somos partidarios de ganar verde urbano, pero recuperando interiores de isla. No queremos luchar contra el coche o la moto, sino por la descarbonización. Tenemos fábricas de coches que dan trabajo a 100.000 personas y la gente necesita a veces moverse en vehículo privado. Hace falta más transporte público y más Metro», ha sentenciado Collboni, que justamente tiene a Laia Bonet como presidenta de TMB. Y mucho más llevar ha sido Daniel Sirera, que ha denunciado que Coláis quiere «imponer su modelo ideológico cuando dice que quiere enlazar el tranvía para sacar coches de la ciudad». El candidato del PP ha denunciado que en Barcelona hay demasiados autobuses, y que muchos de ellos son demasiado antiguos y contaminan en exceso. Ha asegurado que si es alcalde, recuperará el plan Cerdà y retirará el carril bici de Vía Augusta. Una propuesta que ha generado uno de los pocos aplausos sonados entre los empresarios de Pimec.