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Decenas de clientes coreanos desbordan diariamente una churrería del Gòtic

En Navidad, la estrella K-Pop coreana Jisoo escogió Barcelona para desconectar del día a día. Había oído hablar de la churrería Manuel San Román, un local en el centro del barrio Gòtic que la televisión y las guías turísticas de su país habían popularizado. «No sabía quién era», dice meses más tarde el cocinero del establecimiento. «Vi que era famosa porque vino rodeada de seguridad», recuerda. Fue por la mañana y se estuvo «un rato» para grabar el vídeo, recuerda el trabajador.

La churrería, creada el 1968, ya era popular antes del video al país asiático. El anterior propietario, que hablaba coreano, consiguió posicionarla a las mejores guías turísticas. Ahora bien, desde la aparición de la cantante todavía lo es más. Decenas de coreanos se paran a comprar seis churros por 2 € en un negocio que triunfa en medio de Barcelona. Ninguno de ellos, eso sí, pregunta por la influencer coreana. «No hace falta, vienen porque ya lo saben; es cómo si viniera ahora Shakira, todo el mundo sabría que ha estado aquí», comentan las dependientas, que tienen las palabras clave en coreano detrás del mostrador.

Realidades y mitos de la churrería

La avalancha de coreanos es habitual en este pequeño local del Gòtic, que a cualquier hora del día tiene cola. La fama ha convertido la churrería en mito, creando, incluso, realidades paralelas. «Dicen que venden muchos guías turísticos de Corea del Sur, pero solo es uno. Su mujer es asiática y tenemos un acuerdo con él», explica la dependienta. «También viene otra que lleva grupos de personas turcas», añade.

En todo caso, sí que admiten que la churrería cada vez es más popular entre el público asiático. Se ha convertido en una parada obligatoria para los influencers coreanos y, de hecho, desde el negocio reconocen que «mucha gente se para a hacer un video». Así, las redes han cogido el relevo de las guías turísticas y son ellas, ahora, quienes siguen popularizando una churrería que, por si no hubiera bastante, mantiene diariamente una cola de clientes suficientemente grande para que sea muy visible en una de las zonas más turísticas de la ciudad.

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