Los turistas tienen una predilección especial por Barcelona. La recuperación de la normalidad después de casi dos años con restricciones por la pandemia del coronavirus también se ha traducido en un repunte progresivo de las visitas que recibe la capital catalana, uno de los destinos turísticos más importantes del mundo. Sin embargo, que tiene la ciudad que atrae la atención de ciudadanos de todo el planeta incluso en meses fuera de la temporada alta como en febrero?
La Observatorio del Turismo en Barcelona ha hecho públicos esta semana unos datos muy reveladores que no solo permiten aventurar cuál podría ser la respuesta a esta cuestión, sino que también indican cuál es la valoración media que hacen los visitantes de la capital catalana. El último estudio de esta plataforma de información estadística, conocimiento e inteligencia turística ha elaborado un perfil medio del turista que ha visitado la ciudad durante este último mes de febrero y ha recogido su opinión media, discerniendo aquellos aspectos que los recién llegados tienen más en consideración y que valoran más favorablemente del municipio barcelonés.
Edad, origen y valoración
Con una muestra total de 274 personas, este informe concluye que el perfil de turista medio que ha visitado Barcelona durante el pasado mes de febrero tiene 33 años, viaja en solitario, proviene de algún país europeo y ha venido por ocio. De media, los visitantes que han pasado por la capital catalana se han quedado al menos cuatro noches y han tenido un gasto diario de más de 90 euros en la ciudad. Uno de los puntos más característicos, pero, es la nota que ponen los turistas a Barcelona. Los encuestados valoran la ciudad con un 8,71 sobre 10, y destacan principalmente el transporte público, el carácter y amabilidad de la gente y la calidad de los comercios y la restauración.
Sobre las actividades que han realizado, los turistas entrevistados sitúan degustar gastronomía y las visitas culturales como las principales y dejan en registros casi residuales actividades deportivas y culturales como la música o el teatro o el enoturismo.
