A finales de abril se supo que un gran tenedor, la inmobiliaria Gallardo, abriría un total de 120 pisos turísticos en un edificio del número 84 de la calle de Tarragona (distrito del Eixample), a pesar de que en Barcelona está prohibido desde hace años dar nuevas licencias. Esto suponía que los vecinos tendrían que marcharse de sus casas cuando se les acabara el contrato. Ante esta situación, el Ayuntamiento empezó un procedimiento para revocar estas licencias. Lo consiguió en más de 70 viviendas, pero todavía hay vecinos que no tienen asegurados sus domicilios.
Es por eso que decenas de vecinos organizaron este jueves una acción de protesta. Tal como explica una fuente vecinal al TOT Barcelona, se concentraron ante la finca para denunciar la situación y colgaron varias pancartas en la fachada que avisaban a los turistas cuál era la situación. «Querido turista, en tu piso vivía una familia antes de que la propiedad la desalojara», alertaban las pancartas.
Unión de bloques en lucha
Los vecinos de la calle del número 84 de la calle de Tarragona también participaron este jueves en un encuentro de bloques en lucha contra la especulación inmobiliaria. La iniciativa la organizó el vecindario de Casa Orsola (dos fincas que corren el mismo peligro) y reunió a un centenar de personas en la esquina de la calle de Consell de Cent con el de Calàbria. Los asistentes cortaron el tráfico para celebrar una asamblea.
En cuanto a Casa Orsola, a principios de mayo se supo que el primero de los desahucios previstos se suspendió de manera provisional a la espera que la Audiencia Provincial de Barcelona tomara posicionamiento al respeto. Lo anunció el Sindicado de Llogaters en el marco de una concentración que tuvo lugar en la Ciudad de la Justicia con motivo de la celebración del tercer juicio contra otro de los vecinos.
