La primera noche con el cierre efectivo de los búnkeres del Carmel ha dejado unas imágenes que muchos vecinos de la zona ya preveían. La clausura del espacio de las antiguas baterías antiaéreas del Turó de la Rovira no ha conseguido parar la procesión de turistas, que han continuado subiendo las empinadas calles para poder disfrutar de la puesta de sol y que, al encontrarse el recinto cerrado, se han acabado instalando en varios puntos de la zona fuera de las vallas.
Así lo ha denunciado a través de las redes sociales el Consell Veïnal del Turó de la Rovira, que ha compartido varias imágenes de la situación acompañadas de un mensaje lleno de sarcasmo. «Gran éxito del cierre de las Baterías Antiaéreas! Enhorabuena, Rosa Alarcón, otro acierto de tu gestión. Solo ha hecho falta hora y media para demostrar lo que hemos denunciado desde buen principio», ha señalado este grupo de vecinos.
Con la aplicación de este cierre nocturno, la previsión es que los búnkeres estén abiertos al público entre las 9 y las 19.30 horas, en horario de verano, y entre las 9 y las 17.30 horas, en horario de invierno. En paralelo, la Guardia Urbana prevé adaptar el dispositivo para continuar manteniendo la convivencia y evitar concentraciones de visitantes y conductas incívicas a las baterías antiaéreas o en otros ámbitos de su entorno.
Una medida que no acaba de convencer
Hay que recordar que el cierre de los búnkeres es una medida que no acaba de convencer el vecindario del Turó de la Rovira y del Carmel, que teme que con esta clausura se acabe por reactivar el polémico proyecto del parque de los Tres Turons, expulsando así a los últimos supervivientes del pasado barraquista del Carmel y derrocando cerca de 300 viviendas afectadas para configurar este gran parque verde de 123 hectáreas que tiene que conectar los cerros de la Creueta del Coll, la Rovira y el Carmel.
