El Puerto de Barcelona fue escenario de una tragedia el marzo del 2017. Un barco mercante ruso, conocido cómo ‘MID Volga 2’ y pilotado por dos hombres, chocó contra un pesquero barcelonés, ‘El Fairell’, donde había dos pescadores. El pesquero acabó hundido y los dos pescadores murieron. Tal como ha informado el ACN, este martes ha tenido lugar el primer día de juicio, donde D.P., el primer oficial del ‘MID Volga 2’, ha aceptado dos años de prisión por dos homicidios por imprudencia profesional grave, a pesar de que probablemente nunca entrará a prisión. También se le ha prohibido pilotar durante tres años embarcaciones en aguas del Estado.
Por otro lado, el propietario y el patrón del pesquero, J.H.C., ha aceptado una multa de aproximadamente 450 euros por dos homicidios por imprudencia menos grave. La sentencia determinará cuáles serán las indemnizaciones.
Esperar hasta que el choque fue «inminente»
En cuanto a los hechos, tuvieron lugar hacia las 15 horas del 20 de marzo del 2017. El estado del mar era bueno y había buena visibilidad y buenas condiciones meteorológicas. Los problemas empezaron cuando el primer oficial del ‘MID Volga 2’, de 137 metros de eslora y casi 5.000 toneladas, cogió el mando del barco y se enteró que ‘El Fairell’, de 25 metros de longitud y 35 toneladas, estaba navegando ante suyo por la derecha. Iba dirección al muelle de Pescadors de Barcelona, rumbo de colisión y el pesquero tenía prioridad. Sin embargo, el mercante ruso mantuvo el rumbo y la velocidad hasta que el choque fue «inminente». Fue entonces cuando va D.P. fue una maniobra hacia su izquierda que no evitó la tragedia.
El patrón del pesquero consiguió salir nadando antes del hundimiento y los tres marineros quedaron sumergidos bajo el casco del buque ruso. El marinero español sobrevivió y murieron los que eran de origen marroquí y senegalés, de 33 y 36 años, respectivamente. Días después se recuperaron los dos cuerpos a más de 150 metros de profundidad. El patrón y el marinero que salieron de allá para explicarlo, sufren lesiones psicológicas. El patrón, por ejemplo, tiene reconocida una incapacidad permanente total.
