El conflicto del ruido ha sido una de las constantes de este año. Las quejas de vecinos por el ruido de las terrazas o los locales de ocio nocturno hicieron, hace meses, que el Ayuntamiento impulsara diferentes medidas, como la reducción de los horarios de algunos de estos establecimientos de las zonas «tensionades». El Ayuntamiento ha indicado que estas medidas han conseguido bajar tres decibelios de media el ruido nocturno a estas zonas, a pesar de que se continúan produciendo quejas por parte de la plataforma SOS Enric Granados o Xarxa Veïnal contra el Soroll (XAVECS).
Los espacios donde se ha actuado son la calle de Enric Granados, en el distrito del Eixample, donde el ruido ha bajado dos decibelios; y en las calles de Joaquim Costa y los entornos de la discoteca Paloma y la plaza George Orwell (Ciutat Vella) ha bajado dos decibelios y tres y medio, respectivamente. Por otro lado, a los Jardins de la Mediterrània (Sants-Montjuïc) la bajada ha sido de más de cinco decibelios y a las plazas de Gràcia entre uno y dos y medio decibelios.
El siguiente paso es actuar en otras zonas que generan quejas por ruido y, por lo tanto, dificultan el derecho al descanso, como el Triángulo Golfo (Sant Martí), la calle de la l’Allada-Vermell y la plaza Sant Cugat (Borne), la calle Miquel Pedrola y Alegre (la Barceloneta) y la plaza de la Virreina (Gràcia). El objetivo también es en este caso mejorar el derecho al descanso de los vecinos.
Fiestas a los búnquers del Carmel
Más allá de las zonas «tensionades», hay que recordar que el ruido ha llegado a otros puntos de la ciudad que antes eran poco turísticos. Un ejemplo son los búnquers del Carmel, donde se ha tenido que estrenar el dispositivo policial extraordinario para evitar que se hagan fiestas. Este domingo, por ejemplo, se desalojaron más de un millar de personas que se habían congregado en este mirador.
