El estreno del dispositivo policial extraordinario para evitar fiestas en los búnkeres del Carmel ha dejado un regusto agridulce. El primer fin de semana con este operativo vigente culminó este domingo con el desalojo de más de un millar de personas que se habían congregado en el espacio de las baterías antiaéreas del Turó de la Rovira durante toda la tarde y hasta las ocho, cuando los agentes de la Guardia Urbana de Barcelona desplegados en la zona procedieron a vaciar el popular mirador.
Hay que recordar que el dispositivo policial de control de acceso que ya está en marcha tiene el objetivo de evitar que en el espacio se puedan celebrar fiestas ilegales como las que han tenido lugar las últimas semanas. En este sentido, desde las cinco de la tarde y hasta las dos de la madrugada, los agentes prohíben la entrada a cualquier vehículo que sea no tenga que acceder a una vivienda concreta o sea vecino del barrio. Esto también incluye los taxis y el autobús. En cambio, sí que se puede acceder a pie.
Este control de acceso de los policías no pudo evitar este domingo la congregación de más de un millar de personas en el espacio y acabó desembocando en la realización de un desalojo por la alta masificación que estaba sufriendo el espacio. El presidente de la Asociación de Vecinos Parque Mixto Turó de la Rovira, Fran Bernal, asegura que el episodio de ayer es un ejemplo más del gran impacto que provoca el turismo en este punto de la ciudad y alerta que la presencia de turistas en el espacio está desbordando todas las previsiones, una situación que los vecinos ven con preocupación, puesto que temen que se puedan superar las cifras récord de afluencia del año 2018.
Dispersión por el Cerro de la Rovira
El desalojo de los búnkeres, pero, no acabó de solucionar los problemas de aglomeraciones a la zona, puesto que después de vaciar las baterías antiaéreas, las más de un millar de personas que llenaban el espacio se repartieron por varias zonas del Turó de la Rovira, sobre todo en la zona sur y al puente de la calle de Mühlberg.
