El pasado mes de mayo se acabaron las obras para instalar una valla en los búnkeres del Carmel y, así, evitar la entrada de las avalanchas de personas que llegaron la pasada primavera. El Consell veïnal del Turó de la Rovira ha denunciado a través de Twitter que las consecuencias han ido más allá de cerrar al público un espacio que antes estaba abierto todas las horas del día. También han dejado al descubierto restos de amianto procedentes de los tejados de las antiguas barracas de la zona, que se derrocaron el 1992. «Solo hay que pasearse por los alrededores del vallado para comprobar que hay una cantidad inadmisible de restos de amianto esparcida por la zona. La mayoría de ellas han quedado al descubierto por las obras y las avalanchas de turistas que viene cada día, que las dispersa», ha detallado en el comunicado.
Ante esta situación, desde el Consell veïnal del Turó de la Rovira han recordado las medidas de seguridad con las cuales hay que trabajar cuando se hacen obras en zonas donde hay amianto. «El Ayuntamiento, como administración responsable, tiene que supervisarlo y velar para que se cumplan las medidas, además de tener registrada la zona del Turó de la Rovira dentro del censo de zonas contaminadas por amianto», ha dicho.
Riesgos para la salud
Paralelamente, también ha hecho referencia a las consecuencias negativas que el amianto tiene en la salud de las personas que están en contacto. «Se trata de un material cancerígeno, que una vez queda al aire libre y/o se desmenuza empieza a desprender fibras que pueden inhalar todas las personas que se acercan», ha añadido.
Desde que los búnquers se cerraron por primera vez el pasado 2 de mayo, el horario en el cual están abiertos al público en verano es entre las 9 y las 19.30 horas y en invierno entre las 9 y las 17.30 horas. Esta medida se produjo después de que la Guàrdia Urbana hubiera desalojado el espacio varias veces por fiestas y molestias al vecindario.

