La campaña no ha hecho más que empezar y los partidos combinan los grandes actos, con la atención a los medios de comunicación y el contacto con los vecinos. Ciudadanos, que hasta ahora no ha reunido más de unos cincuenta militantes en sus actos, se dedica a explicar su proyecto político en una carpa nómada que cada día se instala en un barrio diferente. Este martes, la ubicación escogida ha sido lo mercado de Sant Martí, que reunía decenas de comerciantes en un mercadillo instalado junto al tradicional.
La ubicación era ideal y la actualidad hacía bajada. En ese momento, la marcha de Paco Sierra –presidente actual del grupo municipal de Cs– al PP todavía no había saltado a los medios. Por lo tanto, caras alegres y anuncios electorales. Anna Grau ha prometido la construcción de 2.500 viviendas sociales en solo un mandato. Con el discurso de siempre, «basta de pagar la fiesta a los okupas», ha desgranado esta y otras medidas, como un aval para los jóvenes que se quieren emancipar.
Vecinos críticos con Cs
Anna Grau ha dado una vuelta al mercadillo de Sant Martín. Entre los vecinos, un poco de todo. Algunos han acogido de buen grado la propaganda electoral y la rosa de plástico que iba repartiendo la candidata. Otros, en cambio, no han puesto tan buena cara al partido naranja. Es el caso de tres mujeres mayores que han rechazado el folletín de Cs con un contundente «¡ni hablar!». Una acción decidida con la que se han ganado la reprobación de la comitiva de Ciudadanos. «Se tiene que hablar con todo el mundo», decían unos. «Según con quien no», contestaban las otras.
Después del disgusto inicial, Grau ha acabado la vuelta parándose a hablar con los vecinos más críticos con Colau, sobre todo. Entre los vendedores, algunos lamentaban que «solo aparecen cuando hay elecciones», en una crítica dirigida a todos los políticos por igual. «Si no están en campaña, no les importamos», ha reiterado uno de ellos cuando la candidata ya había pasado de largo. En el otro extremo, otro paradista, que mostraba más indiferencia con la política, ha conseguido hacer caja con la candidata de Ciudadanos, que se ha atrevido incluso con el regateo.
La política de vivienda
Ciutadans se ha esforzado para centrar su discurso en la vivienda. Sin aportar cifras económicas, el partido ha detallado que las 2.500 viviendas sociales nuevas se harían en solares abandonados o pisos que ahora están ocupados. En el programa electoral, tampoco se da mucho detalle sobre esta medida, que amplían con cuatro puntos más. Prometen «un gran pacto con el sector privado» y revertir la obligación de reservar un 30% de las grandes construcciones a vivienda de protección oficial. También apuestan por una «mejora del marco regulador» que «ofrezca un entorno jurídico estable». Cs concluye las medidas de este ámbito con una intención, la de «agilizar los trámites» y reducir las trabas para la promoción de nuevos pisos.
Un partido en crisis
Ciudadanos no solo tiene que batallar esta campaña contra las encuestas, sino también contra la rebelión de su grupo en el Ayuntamiento. El presidente del grupo municipal de Cs ya está a las filas del PP y hará campaña por Daniel Sirera. Este hecho es posible porque los grupos municipales son independientes a las formaciones políticas y Paco Rueda está expulsado del partido pero no del grupo municipal. El exmilitante naranja ha declarado que «el PP representa la unión del constitucionalismo», que «tiene vocación de gobierno» y que «tendrá representación suficiente para desalojar Colau del Ayuntamiento», tres dardos envenenados contra su antiguo partido.
Mientras tanto, desde Ciudadanos mantienen que Rueda hace tiempo que está expulsado del partido y que no contaba para el futuro del proyecto de los naranjas en Barcelona. Por otro lado, recuerdan que en ningún momento ha formado parte de la candidatura de Anna Grau y que todos los miembros de la lista cierran filas con la candidata y la dirección actual del partido.
Nueva concentración en el Kubo
Ciudadanos cierra el martes ante los bloques ocupados del Kubo y la Ruina. Esta vez, con carpa incluida en la plaza de la Bonanova. Es el primer martes que el partido naranja se manifestará después de la concentración de Desokupa en que se pudieron oír proclamas fascistas e insultos a Ada Colau. Los Mossos, de hecho, han identificado algunos de los participantes, entre los cuales se encuentra el hijo del candidato de Vox a las eleccions de Barcelona. Anna Grau ha intentado volver a marcar distancias esta mañana, asegurando que su formación es contraria a Desokupa porque «excede los límites legales». «Ni porras extensibles ni policía menguante», ha dicho antes de confirmar que volverán a presentarse un vez más en la Bonanova.
