La plataforma ‘Stop Cruceros’ ha vuelto a salir a la calle para manifestarse en contra los grandes buques que llegan cada día a la costa de Barcelona. Lo ha hecho después de que se haya reavivado la polémica respecto al futuro del puerto barcelonés, que vuelve a enfrentar a la infraestructura y el Ayuntamiento. El consistorio liderado por Colau firmó el 2018 un acuerdo con la Autoridad Portuaria –apoyado de forma mayoritaria por la oposición– para limitar a siete el número de terminales cruceristas del puerto. Ahora, la alcaldesa se desdice y apuesta para reducirlas a cinco.
En medio de esta polémica, los activistas contrarios a los cruceros han pedido este domingo una «reducción radical» de grandes barcos turísticos. ‘Stop Cruceros’ no solo ha criticado la afluencia de estas naves, sino también la tasa turística. Ariadna Cotén, portavoz de la plataforma, ha dicho en declaraciones a la ACN que esta medida dejaría un mensaje de que quien paga puede contaminar. En todo caso, y a pesar de la protesta, los activistas han admitido que sus intenciones todavía estan muy lejos de la realidad. «Nuestra máxima es que se eliminen del todo, pero hay que empezar por algo», ha indicado al respeto Cotén.
Falsa sostenibilidad
La manifestación también ha servido para levantar la voz contra las grandes empresas de cruceros. La portavoz ha manifestado que «esta supuesta sostenibilidad del turismo de cruceros es una trampa» porque «la única solución que dan es que funcionen cada vez más con gas natural licuado (GNL)». Cotén ha detallado que el gas licuado «no deja de ser un combustible fósil» y ha asegurado que «además de CO₂, emite metano, que afecta mucho más al cambio climático».
La asociación internacional de cruceros responde
Mientras tanto, la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) ha salido al paso de la polémica para recordar al Ayuntamiento el acuerdo firmado en 2018. «En su momento, el Ayuntamiento celebró este pacto considerando que ponía techo en el crecimiento de la actividad de los cruceros, puesto que de las ocho terminales y nueve barcos se pasaría a siete terminales y siete embarcaciones», ha apuntado Alfredo Serrano, director de CLIA en España. El directivo también ha pedido comprensión a la administración, recordando que la pandemia paralizó la actividad turística, motivo por el cual argumenta que «el impacto de este acuerdo todavía no se puede visualizar».
Respecto a las asociaciones y grupos políticos que los acusan de contaminar el planeta, Serrano se ha defendido argumentando que, según estimaciones del puerto, la actividad creuerística solo es la responsable «del 0,7% de las emisiones de óxido de nitrógeno y el 0,16% de las partículas en suspensión». Todo ello supone, según el directivo, una reducción del 10% respecto a las emisiones de 2016. Además, calcula que el 35% de los cruceros que lleguen a puerto este 2023 serán propulsados por GNL; de nuevo, una de las grandes soluciones que propone el sector.
