El congresista que viene a Barcelona no escatima en gastos. Le gusta dormir bien, en hoteles de cuatro estrellas mínimo, no le importa gastarse el sueldo en restaurantes y, de vez en cuando, tampoco en una copa después de cenar. Así es, a grandes rasgos, el perfil de personas que asiste en los congresos que se hacen en la capital, según un estudio de Turismo de Barcelona. Según el informe, este tipo de turista gasta unos 112 euros en el día en comida, un 33% más que el resto de visitantes. El informe dice que cada persona deja en la ciudad una media de 1.205 euros sin contar ni la entrada en el congreso ni el viaje.
Todo ello, ha convertido al congresista en el turista preferido de las autoridades. De aquí que el regidor de Turismo barcelonés, Xavier Marcé, haya remarcado este viernes que son un «perfil muy interesante», destacando que sus intereses «escapan de los grandes iconos» y que a menudo vuelven a la ciudad. Es más, según una encuesta hecha por el Ayuntamiento, muchos de ellos han decidido participar del congreso porque se hacía en Barcelona. Por eso, el presidente de Turismo de Barcelona, Eduard Torres, que insistido en «la importancia y fortaleza de la marca Barcelona» y de facilitar el trabajo a los organizadores de los congresos.
Un congresista mayoritariamente europeo
El perfil mediano nos habla mayoritariamente de hombres próximos a los 50 años procedentes de países europeos. Solo tres de cada manantial son del Estado, mientras que más de cuatro de cada diez provienen de la Unión Europea, sobre todo de Alemania y los Países Bajos. El resto provienen de otros países extracomunitarios, como el Reino Unido, u otras grandes potencias a escala mundial.
Desglosando los gastos, la gran mayoría se gasta 160,95 euros por alojamiento al día, 540,95 euros en el viaje, y 539,49 euros en la inscripción para el congreso, según el informe de Turismo. Eso sí, no son muy previsores. Un 40% aproximadamente reservó su estancia con uno o dos meses de antelación y un 30% el mes antes del congreso.
