La Biblioteca Arús es una muestra viva de la historia de Barcelona. Con más 125 años de historia, la Biblioteca, ubicada al número 26 del paseo de San Juan, se ha convertido en un espacio de sabiduría y conocimiento especializado en la masonería y el movimiento obrero, incluyendo los movimientos anarquistas, los comunistas o el cooperativismo. Pero, más allá del contenido que se puede encontrar a las estanterías, el mobiliario de época es una de las joyas que esconde esta equipación histórica de Barcelona, catalogado como patrimonio e icono de la masonería catalana. Una decoración que nos transporta al pasado.
“Cuanto más ilustración tiene un pueblo, más lejos está del absolutismo”. Bajo esta máxima de su fundador, el periodista barcelonés Rossend Arús y Arderiu, nació la Biblioteca. Un espacio en la ciudad que, originariamente, tenía la voluntad de instruir en el pueblo catalán. Por este motivo, cuando la biblioteca abrió las puertas el año 1895, “abría hasta muy entrada la noche, y también en domingos y festivos”, tal como explican desde la Biblioteca.
Ahora bien, si Rossend Arús murió el 1891 y la biblioteca no se inauguró hasta cuatro años más tarde, ¿por qué se lo considera el fundador? Pues la respuesta es bien sencilla, y es que el pasado de la equipación barcelonesa no se podría entender sin la figura del reputado periodista, Valentí Almirall, y el amigo de toda la vida de Arús, Antoni Farnés. Pocos años antes de que Arús muriera los convirtió en albaceas, es decir, las dos personas encargadas de hacer cumplir y ejecutar sus últimas voluntades, entre ellas, abrir esta biblioteca por todo el mundo.
Los años iban pasando y la capital catalana se adaptaba a los nuevos tiempos. En todos estos años, pero, la biblioteca seguía abierta y en activo. El 1939, una vez acabó la Guerra Civil Española y Franco tomó el control de Barcelona, la cosa cambió y la biblioteca cerró las puertas al público.
A pesar de que pueda parecer que el cierre está completamente relacionado con el asentamiento del franquismo en España, no lo está. La biblioteca se vio obligada a cerrar muere Josep Buxadé, que en aquel momento era el responsable del espacio. Desde aquel momento, la equipación barcelonesa se mantuvo cerrado al público hasta el año 1967 cuando, después de unos cuántos intentos de reapertura fallados, Concepció Rodergas, administradora del Patronato, consigue la reapertura de la Biblioteca al público. “El hecho que la Biblioteca cerrara al público permitió que haya llegado a nuestros días casi intacta”, afirman, puesto que de este modo se ahorraron la “purga literaria” de Franco.
Unos valores históricos
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