Barcelona vuelve a sepultar las tres vidas de la plaza de Antoni Maura

La pequeña ventana al pasado de la plaza de Antoni Maura ya es historia. El Servicio de Arqueología de Barcelona ha dado por finalizados los trabajos de excavación iniciados en este espacio que se abre paso en medio de la Via Laietana, donde durante el pasado mes de febrero aparecieron dos tumbas romanas y un lugar que concentra vestigios de hasta tres épocas diferentes que no solo han resistido al paso del tiempo, sino también a varias obras de grande calaje como la apertura de esta gran arteria barcelonesa o la construcción del metro.

Según avanzó David Martínez, periodista y autor del popular blog Historias de Barcelona, y ha podido confirmar el TOT Barcelona, los operarios ya han empezado a sepultar los restos encontrados en la plaza de Antoni Maura, una vez retirado y documentado todo aquel material que podía resultar de interés a nivel arqueológico. Fuentes del Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB) consultadas por este medio apuntan que tanto los dos esqueletos de la época romana como los diferentes hallazgos destacables han sido extraídos del emplazamiento con el correspondiente permiso de la Generalitat y han sido trasladados a las instalaciones centrales del organismo municipal, ubicadas en la Zona Franca, donde serán estudiadas a fondo.

Esto supone que, después de este periplo de cerca de un mes, las obras para la transformación verde de la vía Laietana seguirán ahora su curso con normalidad. De hecho, los operarios ya han empezado a trabajar al otro lado de la céntrica plaza, la que da al Mercat de Santa Caterina, donde no se descarta que puedan aparecer nuevos restos arqueológicos, teniendo en cuenta que justo en el emplazamiento donde se erige el equipamiento se encontró hace años una gran necrópolis romana.

Artesanía medieval y el barrio borrado del mapa

Hay que recordar que, más allá de los vestigios de la época romana, en la plaza de Antoni Maura también se localizó un conjunto arquitectónico que se remonta a la época medieval consistente de un pozo, un silo, pavimentos y varios tramos de muros. Los estudios preliminares del Servicio Municipal de Arqueología indican que los restos podrían corresponder a una antigua zona artesanal que existió en la zona entre los siglos XII-XIV. Durante estas excavaciones recientes aparecieron las ruinas de un horno de herradura de pequeñas dimensiones y hasta cuatro prospecciones diferentes.

Este céntrico espacio de la Via Laietana, pero, esconde también toda una parte de la historia más contemporánea de la ciudad que la consolidación de esta arteria de la capital catalana a principios del siglo XX acabó de borrar. Este proyecto para conectar el centro de la ciudad con el mar a través de esta vía supuso la destrucción de casi un centenar de calles y de miles de viviendas, palacios y algún edificio eclesiástico.

Sin rastro del monasterio ni de Pau Claris

Entre los edificios que desaparecieron del mapa destaca la finca del Marqués de Sentmenat, un gran caserón del siglo XVI lleno de jardines, y el antiguo convento de Sant Joan de Jerusalem, un recinto inmenso que se erigía en medio de la actual plaza de Antoni Maura y que pertenecía a los Hospitalers, una orden religiosa que se remonta en la época de las grandes cruzadas. A pesar de que el conjunto fue perdiendo importancia con los años -incluso hizo las funciones de cuartel policial y de museo antes de ser derrocado-, su iglesia resistió estoicamente hasta el año 1886, cuando fue arrasada por las máquinas. En el sepulcro del Sant Crist de esta iglesia es donde supuestamente se enterró al expresidente de la Generalitat Pau Claris, el esqueleto del cual continúa en paradero desconocido.