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TMB retira cables de los túneles porque los nuevos trenes rozan las paredes

Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) estrenará finalmente los esperados nuevos convoyes del metro en las próximas semanas. La presentación en sociedad del flamante modelo de la serie 7000, que circulará por las líneas L3 y L1, llegará casi un año más tarde de lo previsto a causa de varios problemas con el suministro de materiales. Aun así, este no sería el único factor que habría influido en este retraso.

Según ha podido saber el TOT Barcelona, la compañía se ha visto obligada durante este tiempo a retirar diferentes elementos de las vías para garantizar que los trenes pueden pasar por los túneles de la red del subsuelo barcelonés sin rozar las paredes, puesto que el nuevo modelo de vehículo pasa en algunos puntos demasiado cerca de los muros. De hecho, fuentes internas de TMB han asegurado a este medio que durante los primeros meses de pruebas de los nuevos convoyes, que empezaron a testarse después de la pasada temporada estival en las líneas L3 y L1, se produjeron destrozos en varios tramos del cableado que rellena los túneles y en algunas de las escaleras de servicio -las que utilizan los técnicos para poder acceder a las vías-, un extremo que no confirma la compañía.

Las dos escalas de servicio intactos de la estación del Paralelo de la línea L2 del metro / A.R.
Las dos escaleras de servicio intactas de la estación del Paralelo de la línea L2 del metro / A.R.

Versiones contradictorias

En el caso de las escaleras, el TOT Barcelona ha podido comprobar de primera mano como en la estación del Paral·lel de la línea L3 solo resisten dos de las cuatro escaleras de servicio que habitualmente hay en todas las paradas de la red del metro de la capital catalana. Desde TMB atribuyen esta retirada de las estructuras a unas obras para «mejorar la accesibilidad» que se han realizado aprovechando la puesta en marcha de las nuevas unidades. Aun así, trabajadores de la compañía han asegurado a este medio que las dos escaleras afectadas fueron retiradas después de que resultaran dañadas durante uno de los primeros trayectos de prueba que tuvo lugar hace unos meses.

El espacio donde antes estaba ubicada una de las escalas de servicio de la estación del Paralelo / A.R.
El espacio donde antes estaba ubicada una de las escalas de servicio de la estación del Paral·lel / A.R.

En cuanto al cableado, fuentes sindicales han confirmado a este medio que durante las pruebas iniciales del modelo 7000 algunos tramos del cableado de los túneles fueron arrastrados por parte de los trenes, pero remarcan que se trata de una situación habitual cuando se testan nuevos convoyes, puesto que muchas veces no se puede calcular con certeza si el vehículo coleará con exceso o si con los giros se desplazará más horizontalmente de lo esperado inicialmente. Las mismas voces apuntan que también se habrían detectado incidencias con los retrovisores y las estribas de los vehículos, que en algunos puntos habrían llegado a tocar incluso las paredes.

En este sentido, desde TMB señalan que no ha habido problemas destacados ni con los cables de los túneles ni con ningún otro elemento «más allá de los procesos que se llevan a cabo en la fase de pruebas» de las flamantes unidades.

Misma anchura y problemas solucionados

Desde que la compañía TMB detectó estos problemas con los nuevos trenes, los técnicos han trabajado en el vaciado de todos los elementos y el material conflictivo de los túneles para evitar que acaben dañados con el paso de los convoyes y garantizar así que los nuevos modelos pueden circular con normalidad por la red. Fuentes de la compañía admiten a preguntas del TOT Barcelona que sí que se tuvo que retirar cableado para evitar que los nuevos vehículos se lo pudieran llevar, pero remarcan que -a diferencia del escándalo ferroviario con los trenes de Asturias y Cantabria, que no podían pasar por algunos túneles de la red porque eran demasiado altos- el modelo 7000 tiene la misma anchura que los convoyes actuales y que las incidencias no son por una cuestión propiamente de las medidas. «Los nuevos trenes tienen el mismo ancho y gálibo que la flota actual de L1 y L3. Es un requerimiento contractual que viene en el pliego de licitaciones y que ya se verifica previamente en fábrica por parte de los técnicos de TMB», insisten.

Una de las escalas de servicio supervivientes a la estación del Paralelo de la línea L3 / A.R.
Una de las escaleras de servicio supervivientes a la estación del Paral·lel de la línea L3 / A.R.

Retraso de casi un año por la pandemia y la guerra

Hay que recordar que la previsión de TMB era que los nuevos trenes de la serie 7000 -diseñados con los estándares más elevados de digitalización, sostenibilidad y accesibilidad- pudieran estar disponibles de cara al mes de mayo del 2022 para así poder sustituir los de las series 2000 y 3000 que todavía dan servicio a la línea L3. A finales de junio tenía que llegar también la primera unidad de la empresa Alstom para la línea L1, y a partir de entonces, cada mes la compañía fabricante entregaría dos trenes más a cada una de las líneas. Y así progresivamente hasta retirar los 48 trenes de las series 2000 (6), 3000 (18) y 4000 (24), los más antiguos del parque móvil del metro barcelonés.

Fuentes de la compañía consultadas por este medio apuntaban la semana pasada que este retraso de casi un año en la puesta en marcha de los nuevos convoyes no se debía a causas técnicas, sino que estaba provocado por la “coyuntura internacional”, que había retrasado las entregas de Alstom. “El contrato se firmó en 2019, pero la coyuntura internacional posterior a la firma del contrato, tanto por la pandemia como por la guerra en Europa, han afectado el mercado de los materiales, componentes eléctricos y toda la cadena de suministro, afectando el calendario de entregas”, aseguraban desde TMB.

Estreno en las «próximas semanas»

Independientemente de estas incidencias con la entrega de los nuevos modelos, parece evidente que la problemática con los trenes en pruebas ha jugado con mayor o menor medida un papel destacado en el retraso que acumula la puesta en funcionamiento de los 50 convoyes adquiridos por TMB, que tuvieron un coste de cerca de 318,85 millones de euros y que se tenían que fabricar a la planta que Alstom tiene a Santa Perpètua de Mogoda. En este sentido, fuentes de la compañía fabricante consultadas por este medio se han limitado a subscribir el posicionamiento de TMB y han rehusado dar más detalles sobre el retraso y sobre estos problemas detectados con las nuevas unidades.

Una vez superadas estas pruebas «satisfactoriamente», la previsión ahora es que los flamantes trenes puedan estrenarse “en las próximas semanas” después de garantizar que pueden circular por los túneles de la red sin problemas.

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