El Ayuntamiento de Barcelona reclama regular con urgencia el volumen de cruceros que llegan a la ciudad, uno de los temas que ha generado más controversia en los últimos años. Por este motivo, el Consistorio exige en la Generalitat concertar una reunión lo más rápido posible para tratar esta problemática. A través de una carta dirigida a la consejera de la Presidencia, Laura Vilagrà, la teniente de alcaldía, Janet Sanz, expresa que ya «se acordó tomar medidas que aseguren el bienestar del vecindario, evitando la saturación al espacio público» en un encuentro el pasado mes de julio, pero que estas medidas no han llegado nunca.
«A día de hoy, no nos consta que por parte de la Generalitat, el Puerto o el Estado se haya emprendido ninguna actuación concreta ni a corto, mediano o largo plazo», afirma Sanz. De hecho, desde el Ayuntamiento alertan que CLIA, la patronal del sector, prevé que este verano se lograrán cifras de récord, semblantes a las del 2019, con prácticamente 3,2 millones de visitantes. Unas cifras que desde el gobierno de Barcelona consideran «alarmantes».
La previsión que hacen desde la patronal del número de cruceristas que llegarán a la capital catalana este verano está muy lejos de las demandas que hicieron desde el Ayuntamiento el verano pasado: «Estas cifras son del todo contradictorias con las propuestas que trasladamos para reducir en la mitad el número de cruceristas en temporada alta, con un límite de 200.000 pasajeros en el mes, o limitar la llegada de cruceros a un máximo de tres en el día», afirma Sanz.
Esta propuesta del Consistorio se acerca al modelo balear, que estableció que en el puerto de Palma solo llegarían tres cruceros en el día para hacer escala y un máximo de 8.000 cruceristas en el día. Un modelo del cual la alcaldesa Ada Colau es partidaria, y que también se implementa en otras ciudades como Venecia o Dubrovnik.
La situación de sequía
El Ayuntamiento de Barcelona también se ha mostrado sorprendido con estas cifras previstas teniendo en cuenta la grave situación de sequía que vive Cataluña, una situación que ha llevado al Gobierno de la Generalitat a aprobar hace pocos días la declaración de excepcionalidad por sequía: «Sería del todo incomprensible que sufrimos el año menos lluvioso de los últimos cientos años, pero lleguen más cruceristas que nunca», sentencian.
