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Punto final a siete años de ocupación en la zona alta de Barcelona

«Como está la situación allí arriba?». Es la pregunta de un restaurador que vive a pocos metros de la plaza de la Bonanova a las ocho de la mañana. La pregunta no es para nada inocente. La expectación en el barrio ha ido creciendo desde que un juez ordenó el desalojo de los espacios ocupados del Kubo y la Ruina. Pero a la hora de la verdad, solo unos cincuenta manifestantes a primera hora de la mañana que se han ido dispersando y siete furgones de la unidad de antidisturbios de los Mossos d’Esquadra. Nada que ver con otros desalojos históricos. Se ha acercado el conseller d’Interior, Joan Ignasi Elena, y la regidora de Sarrià-Sant Gervasi, Maria Eugènia Gay, sin hacer ningún tipo de declaraciones. Quien sí que las ha hecho es el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, destacando que los agentes «han actuado con profesionalidad y respeto, garantizando en todo momento la protección y seguridad de la ciudadanía». A las 11.30 horas, los Mossos daban el desalojo por ejecutado.

Las decenas de periodistas acreditados iban comprobando in situ las informaciones que llegaban de la policía. A las ocho de la mañana los Mossos han conseguido entrar en el interior de los bloques. Minutos más tarde, ya se les veía en la azotea del Kubo, el edificio más lejano a la plaza de la Bonanova. Entre los manifestantes más jóvenes, algún grito de alegría cuando aparecía la policía. Los pocos vecinos que había, observaban más bien despertados por la curiosidad. La policía se ha encontrado un espacio preparado para la defensa y ha inspeccionado las plantas subterráneas «para trabajar con seguridad». Los agentes encargados del lanzamiento han utilizado una jaula de hierro con ruedas para avanzar por el edificio, ante unos ocupas combativos que «han lanzado escombros, pintura y cojinetes de acero contra los agentes», según explican desde el cuerpo policial.

Los Mossos con una jaula entran en los edificios | Jordi Borràs, ACN

Siete ocupantes, uno de ellos colgado de la fachada

Las horas han ido pasando y el operativo ha ido siguiendo los pasos previstos. Los agentes han identificado a siete personas entre los dos edificios, cuatro en el Kubo y tres en la Ruina. Estos últimos, atrincherados en el techo –la Ruina no tiene azotea en la parte superior y los ocupantes estaban sobre las tejas del tejado– han salido acompañados de los Mossos en una grúa de los Bomberos de Barcelona. El operativo se ha alargado más de la cuenta por una persona que se había colgado con un arnés de la fachada del Kubo. Allí se ha estado prácticamente todo el rato hasta que la unidad de Montaña de los Mossos d’Esquadra ha empezado a descolgarla, con la supervisión de los Bomberos.

Los Mossos han retirado la pancarta que lucía en la Ruina con el lema ‘Vuestro lujo es nuestra miseria. Nuestras casas son trinchera’. En total, se ha informado de la detención de los 7 ocupantes, seis hombres y una mujer, todos mayores de edad. En un breve comunicado en las redes han informado que «pronto» darán cumplimiento a la orden judicial y devolverán los inmuebles a la propiedad «una vez estén asegurados».

Llamamiento a la calma de Collboni

El Ayuntamiento reconoció ante los vecinos, en el pasado Consell de Barri de Sarrià-Sant Gervasi, que es la propiedad –la Sareb– quién tiene que tapiarlos y ha reconocido conversaciones para mirar qué hay que hacer para que los edificios no vuelvan a ser ocupados. En este encuentro, los vecinos manifestaron su intención de convertir estos dos espacios en un CAP. Una acción que por ahora no se contempla. De hecho, la regidora Maria Eugènia Gay descartó que el Ayuntamiento expropiara los edificios una vez fueran desalojados.

En la rueda de prensa de presentación del Mobile World Congress, el alcalde Jaume Collboni ha hecho un «llamamiento a la tranquilidad de los vecinos y vecinas de la zona de la Bonanova y de los distritos de Sarrià y de Gracia», a quien ha asegurado que desde el consistorio están valorando «la viabilidad técnica de los edificios por después tomar las decisiones oportunas». «Lo haremos con tranquilidad, y el compromiso es garantizar la convivencia, el respeto a las normas y preservar los bienes que tienen una utilidad, pública o privada, y que desde el punto de vista de la garantía de la propiedad, los cuerpos garantizarán», ha concluido Collboni.

Dispositivo para desalojar las casas ocupadas del Kubo y la Ruina en la Bonanova / ACN

Siete años ocupados

Los dos espacios hace años que estaban ocupados. Los ocupas entraron en el Kubo en 2016 y en la Ruina, el 2019. Según los ocupas, «han servido de casa y lugar de para más de un centenar de personas». A pesar de estar prácticamente durante una década, la expectación mediática dio un vuelco durante la última campaña electoral, en que los partidos de derechas atizaron el fuego en esta zona. Algunos colectivos de extrema derecha convocaron manifestaciones ante la puerta del recinto, hecho que generó tensión e indignación entre los vecinos de la zona, que aseguran que nunca había habido problemas graves de convivencia.

El 23 de marzo los Mossos intentaron desalojar el edificio de la Ruina por orden del juzgado de primera instancia 3, pero el lanzamiento fue suspendido por la falta de «garantías de seguridad y eficacia». La Sareb decidió parar el lanzamiento «con el objetivo de proceder al desalojo de ambos edificios de manera conjunta para garantizar la seguridad de la zona». Meses más tarde, los ocupas ya no están en los edificios de la Bonanova.

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