Las entidades que colaboran del proyecto Sant Martí Espigola ya tienen sus botes de mermelada producida con las naranjas amargas que se cosecharon durante el mes de febrero en las calles del distrito barcelonés. La idea de esta iniciativa es dar una segunda vida a algunos de los frutos de la ciudad, convirtiéndolos en mermelada. En el caso de Sant Martí, la cosecha de este año se hizo alrededor de la iglesia de Sant Martí de Provençals y ahora acaba con más de 1.200 botes producidos con estas naranjas.
El procedimiento empezó el pasado 4 de febrero y siguió con diferentes talleres en los que se explicaba de forma cuidadosa como se podía hacer mermelada y a la vez aprovechar la comida. El Agencia de Salud Pública de Barcelona ha supervisado todo el proceso, asegurando el buen trato y la calidad del producto, que ha acabado distribuido entre diferentes entidades sociales de la ciudad. Según el Ayuntamiento, de este modo se consigue hacer «una ciudad más saludable desde que no se aplican productos fitosanitarios ni a los árboles ni al suelo».
Más allá de Sant Martí, a inicios de año también se espigó en Gracia, les Corts, Ciutat Vella y Sant Andreu. Para hacer posible la recogida de naranjas ha hecho falta 30 personas voluntarias a cada distrito.
Miles de naranjos en Barcelona
Más allá de dar una segunda vida a las naranjas, el proyecto también ayuda a recoger el volumen de esta fruta en las calles de Barcelona. Hay que recordar que el aumento de la temperatura puede precipitar la caída de las naranjas, que a la vez pueden llegar a causar molestias en algunas calles de la ciudad.
Barcelona, según datos del Ayuntamiento, dispone de más de 3.300 naranjos. Es decir, el 1,5% de los 202.000 árboles de la ciudad. Por distritos, Sant Andreu es donde hay más, con más de 1.100 ejemplares de este árbol frutal. El 35% de los naranjos de la ciudad están en este distrito.
