El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha intensificado las restricciones de agua en los parques y en las playas metropolitanas con motivo de la entrada en vigor de la fase de excepcionalidad por sequía decretada este jueves por la Generalitat de Catalunya. Estas nuevas medidas, que también afectan a todo el término municipal barcelonés, prevén la parada del riego por aspersión, la movilización de camiones cisterna para regar con agua no potable árboles y plantas o la anulación de la siembra prevista de césped y de la limpieza de pavimentos y mobiliario urbano, que se hará solo en caso de que exista un riesgo para la salud.
En cuanto a las playas del litoral de la capital catalana y del resto de municipios metropolitanos, la activación de la fase de excepcionalidad implica cambios en la aplicación de los protocolos de limpieza de equipamientos, instalaciones y mobiliario de estos espacios, reduciendo de este modo los consumos al mínimo e imprescindible para garantizar un funcionamiento óptimo. También se renovarán las llaves de de todos los elementos de duchas -que ya estaban fuera de servicio desde la fase anterior de alerta- para eliminar al máximo las pérdidas de agua.
Un precedente en 2007
Hay que recordar que uno de los episodios de sequía más severos que se han vivido en Catalunya tuvo lugar entre abril del 2007 y el mayo del 2008, cuando se activó el Decreto de sequía que se alargó hasta enero de 2009. Esta normativa comportó importantes restricciones en el uso de agua destinada en los espacios verdes y requirió una revisión y adaptación urgentes de los criterios e intervenciones asociados al uso eficiente del agua en la gestión de la red de parques metropolitanos. Entre las medidas que se aplicaron entonces destacan la revisión y racionalización de superficies verdes, la transformación de césped y prados regados en prados floridos, la mejora de instalaciones de agua o la implantación de la telegestión.
