Hace 30 años que el joven militante antifascista valenciano, Guillem Agulló, murió asesinado a manos de un grupo neonazi. Hoy, aprovechando el trigésimo cumpleaños de su muerte, el candidato de Esquerra a la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall, ha vuelto a pedir que se le dedique una calle en la ciudad de Barcelona. Maragall ha denunciado la «parálisis incomprensible» por parte de la alcaldesa barcelonesa, Ada Colau, para desencallar esta cuestión. «Si la alcaldesa hace bandera de la lucha contra la extrema derecha, como es que todavía no han desbloqueado esta cuestión?», pregunta el candidato republicano.
Maragall recuerda que este tema ya se puso sobre la mesa en 2016, cuando el grupo municipal de Esquerra en el Ayuntamiento de Barcelona subscribió una declaración institucional que pedía que quedara un pequeño homenaje a Agulló en el nomenclador de la ciudad. Y que, desde entonces, se han seguido presentando más medidas para hacer efectiva esta cuestión, la última el noviembre del año pasado. “Exigimos que se haga realidad”, ha remarcado Maragall, que se ha mostrado muy contundente con el Ayuntamiento: «Suficiente inhibición y desmemoria pública, bastante de incomprensible parálisis municipal», sentencia.
Las juventudes del partido, la Juventud Republicana de Barcelona se han querido sumar en las declaraciones de la cabeza de lista a las elecciones del 28M. Barcelona “es capital de los derechos y las libertades”, remarcan los republicanos.
Propuesta de lugar
Para dedicar una calle a Guillem Agulló otra calle de la capital catalana tiene que perder el nombre. La propuesta que ha hecho uno de los candidatos de la lista electoral, Jan Sibina, de la juventud republicana barcelonesa, para ubicar el homenaje en el antifascista asesinado es lo calle del Coronel San Feliu, en el barrio del Hoyo. «El mejor lugar para rendir homenaje a un joven que luchó a través de sus ideas por la independencia y la justicia social es la calle Coronel San Feliu, que lleva el nombre de un militar que sirvió a Primo de Rivera», afirma Sibina.
Consideran que esta calle sería el adecuado porque ya hace varios años que algunas entidades vecinales reclaman que esta calle pierda su nombre y pase a llevar el del militante valenciano. «Es un paso imprescindible también para borrar de Barcelona espacios con nomenclatura militar y fascista», concluye el republicano.
