Este miércoles por la mañana los Mossos d’Esquadra han desahuciado una madre y sus tres hijos, menores de edad, que residían en un piso ocupado en la avenida del Paralelo de la capital catalana. Una intervención que no ha pasado desapercibida ante la atenta mirada de los vecinos que se han congregado en la calle a causa del fuerte despliegue policial. Según detallan de los del Sindicado de Locatarias del Pueblo-seco, el de hoy es el tercer intento al cual se enfrenta la familia en menos de tres meses. Y hoy los ha dejado en la calle.
La mujer desahuciada, la Chanaz, entró en el piso de la avenida Paralelo el 2019. Según ha asegurado a medios después de que la desahuciaran, desde que entró a vivir en esta vivienda ha intentado varias veces ponerse en contacto con la propiedad para acordar un alquiler, pero no ha obtenido respuesta. Esta, pero, no es lo único que ha hecho, según asegura, puesto que también habría hecho una petición de alquiler social, que tampoco ha obtenido ninguna respuesta.
También ha buscado otros pisos donde poder vivir de alquiler, pero no ha encontrado ninguno, puesto que, a pesar de trabajar, los elevados precios de mercado de alquiler de la capital catalana le impiden pagarse una vivienda. Chanaz denuncia que la propiedad, Divarian -una empresa inmobiliaria-, «no quiere hacer ningún trato, solo quiere el piso» y explica que había recibido algunas ofertas de dinero para que marchara del inmueble. «El problema de la ciudad es que no hay pisos por la gente, solo por los turistas«, lamenta.
Un futuro incierto
Los agentes del cuerpo de antidisturbios que han actuado esta mañana han retirado uno a un todos los activistas que se han concentrado ante la puerta del piso para evitar que este desahucio se ejecutara con éxito. Esta vez no lo han conseguido. Después de que la desahuciaran, la Chanaz se ha dirigido a los Servicios Sociales del barrio del Poble Sec acompañada de los miembros del Sindicato de Locatarias del barrio para evaluar su futuro y ver qué opciones reales tenía para no quedarse en la calle. Hoy por hoy, pero, no se le ha ofrecido ninguna alternativa y, a pesar de estar apuntada a la mesa de emergencia de vivienda de la ciudad desde febrero, esta puede tardar a adjudicar un nuevo piso entre tres meses y dos años.
