De los 10 días festivos que las tiendas pueden abrir, ocho los marca la Generalitat y dos el Ayuntamiento. El director general de Comercio del Gobierno catalán, Jordi Torrades, dijo en declaraciones a la ACN que el consistorio podía permitir la apertura de las tiendas por Sant Jordi modificando uno de estos dos días. Ante esta situación, los comercios de Barcelona están trabajando con el Ayuntamiento para hacer realidad esta posibilidad.
Por su parte, la directora de Barcelona Oberta, Núria Paricio, dijo este jueves a ‘bàsics’ que los comerciantes conseguirían revertir la situación. Por una parte, defendió que la petición de levantar las persianas de los establecimientos se había hecho con el «tiempo justo» y que han hecho una propuesta que podría funcionar: cambiar el 1 de noviembre por el 23 de abril. Es decir, no abrir para el Día de Tot Sants y hacerlo por Sant Jordi. En caso de que se salga adelante la iniciativa, el Ayuntamiento, ha dicho, tendría que «hacer la demanda» y hablar con las diferentes organizaciones comerciales de la ciudad y asegurarse que todas están de acuerdo. Por otro lado, fuentes municipales han abierto la puerta a hacer lo posible para permitir la apertura en declaraciones a la ACN. «Si llega una petición de cambio que tenga el mismo consenso que tuvo la petición que en su momento elevamos en la Generalitat, no tenemos ningún inconveniente al elevar en la Generalitat esta última propuesta», han señalado.
Fruto de un olvido
Paricio también insistió que la apertura del comercio durante el día de Sant Jordi sería una buena oportunidad para los comerciantes y la economía: «Deseo que las tiendas estén abiertas porque sería un gran día de ventas. El centro estará lleno de gente disfrutando del día. Sería fantástico para todo el mundo. Creo que lo conseguiremos». Al mismo tiempo, reconoció que se había llegado hasta esta situación porque las organizaciones comerciales se olvidaron que el Sant Jordi de este año cae en festivo y no pidieron, en su momento, poder abrir durante esta jornada.
Si el cambio que defiende Barcelona Oberta no se hace realidad, solo abrirán las pastelerías y los establecimientos que vendan libros. Como cada año, las calles estarán llenas de paradas de libros y rosas que vestirán Barcelona de rojo.