El candidato del PP, Daniel Sirera, que podría tener un papel decisivo en la configuración de una posible sociovergencia, ha dejado claro que «no dará un cheque en blanco» y que intentará «involucrarse realmente» en un gobierno municipal. «Yo no vengo a ser ni un observador ni un turista, como Jaume Collboni», ha dicho el popular. Resumiendo, Sirera pedirá entrar al ejecutivo de Barcelona para «condicionarlo cada día». «Dar un voto a la investidura y después estar en la oposición no es mi forma de entender la política, quiero estar en gobierno y cambiar las cosas», ha reiterado.
En un acto en el Carmel, el alcaldable popular ha puesto la seguridad en el centro de sus preocupaciones. Se partirá la cara, dice, para que el Gobierno de la Generalitat ceda en la capital 3.000 agentes de los Mossos d’Esquadra. De hecho, esta será la condición que los populares pondrán sobre la mesa para que unas eventuales negociaciones lleguen a buen puerto. «Nosotros no tenemos menos derechos que otras comarcas», ha espetado. En esta línea, el popular ha asegurado que hacen falta mil agentes más de la Guardia Urbana y ha prometido abrir una nueva convocatoria para contratarlos.
Sin «complejos» con la delincuencia
Las críticas en el Ayuntamiento en cuanto a la gestión de la seguridad han vuelto a sonar en el discurso de Sirera, que insiste en que la policía no tiene el apoyo de los que ahora gobiernan. «Quieren tener un Ayuntamiento que no tenga complejos con la gente que genera inseguridad, con la gente que delinque y que ocupa viviendas de forma ilegal», ha dicho para remarcar que, según su punto de vista, el actual consistorio es permisivo con la delincuencia.
Además, ha recordado que la concejalía de seguridad recae en el PSC. «No puedo entender que Collboni se presente como la alternativa a Colau cuando él es el responsable de la inseguridad que vive la ciudad de Barcelona», ha comentado.
