La convocatoria por sorpresa de elecciones españolas avanzadas para el 23-J como respuesta al batacazo del PSOE el 28-M en todo el Estado, ha sacudido el tablero de juego en Barcelona, pendiente todavía de saber quién será alcalde y en qué condiciones, pero también ha impactado en la política catalana, la estabilidad del Gobierno de la Generalitat y también en la cohesión del movimiento independentista. Además, está claro, de abrir un escenario de posible cambio en el Estado si, como apuntan las encuestas, PP y VOX sumarían mayoría absoluta en las Cortes españolas.
De hecho, si nos fijamos en el histórico de resultados, salvo una excepción, el ganador de las elecciones municipales en todo el Estado ha sido el ganador de las elecciones españolas siguientes, y además, el ganador ha gobernado España. Por lo tanto, si el PP ha sido el ganador este 28-M, la historia señala que Feijóo sería el nuevo presidente. ¿Y cuál es la excepción? En las municipales de 2007 el PSOE y el PP quedaron muy cerca en votos. Pero los socialistas se habían llevado en Cataluña el 32% de los votos, porcentaje que en las españolas se disparó hasta el 45% el 2008. Sea como fuere, los resultados de Cataluña en unas elecciones españolas han sido a menudo fundamentales para decantar la victoria de uno de los dos grandes partidos de Estado, el PP y el PSOE.

Si en Cataluña se ha observado mayoritariamente un voto dual entre el Congreso de los Diputados y el Parlament, con mayorías aplastantes por parte del PSC-PSOE y de CiU respectivamente, en Barcelona, de las 15 elecciones españolas que se han vivido desde las constituyentes de 1977 y hasta las segundas de 2019, solo en dos ocasiones el partido que ganó a las elecciones municipales precedentes no fue el más votado en el Congreso de los Diputados.
1989 y 1993, voto dual en Barcelona
Las dos excepciones que rompen la regla de que el partido más votado en las elecciones municipales de Barcelona lo es también en las elecciones a las Cortes españolas, llegan de la mano de CiU en 1989 y en 1993. En 1989, CiU obtuvo en la ciudad el 34,18% de los votos (318.574 papeletas), un 6% más que el PSC y 44.000 votos más. Las últimas municipales habían sido en 1987 y el PSC se había llevado el 43% de los votos ante el 35% de Convergència i Unió. También conseguían representación Alianza Popular y los herederos del PSUC, ICV, pero con unos porcentajes muy alejados de las dos grandes fuerzas. Entonces, ERC solo obtuvo el 2,31% de los votos en la capital del país. La victoria de CiU en la ciudad de Barcelona en unas generales contrastaba con la victoria aplastante del PSOE en las Cortes, donde Felipe González obtuvo 175 escaños, a uno solo de la mayoría absoluta. El hecho de que Herri Batasuna se ausentara durante toda la legislatura del hemiciclo permitió que el PSOE gobernara a la práctica con su tercera mayoría absoluta.
La segunda excepción se produjo solo cuatro años después, en 1993. Un año antes, CiU había conseguido el 54,9% de los votos y 70 escaños en el Parlament de Cataluña, a pesar de que en Barcelona el alcalde era del PSC con 20 regidores por 16 de CiU. Esta vez, los convergentes pasaban por delante del PSC con solo un 3% más de votos que los socialistas en las elecciones españolas en la ciudad. En el Estado, el PSOE ganaba, pero perdía la mayoría absoluta y el PP se acercaba con solo 17 diputados menos.

En el resto de comicios españoles, el partido del alcalde de Barcelona -con otra excepción, ERC en las dos elecciones españolas el 2019- ha sido el ganador en la ciudad, de forma que el voto dual ha pasado de largo en Barcelona casi siempre. Así, en 2011 CiU rompió con 32 años de gobiernos municipales del PSC con Xavier Trias como ganador y alcalde. Aquel mismo 2011, CiU ganaba las elecciones generales en la ciudad. El mismo patrón se reprodujo en las elecciones de 2015 y 2016 en el Congreso de los Diputados, donde la fuerza ganadora fue En Comú Podem, sigla que representaba al partido de la alcaldesa Ada Colau, Barcelona en Comú. Y en 2019, donde se hicieron dos elecciones en el mismo año, la ganadora fue ERC. De hecho, el partido ganador de las elecciones municipales, y, por tanto, se cumpliría el patrón si no fuera porque la alcaldía fue a manos de Ada Colau fruto de un pacto con el PSC y la derecha de Manuel Valls.
Ahora bien, si nos fijamos en el partido ganador en Barcelona ciudad y el partido del presidente del gobierno español, en 2 de las 15 elecciones no coincide. Son diferentes en 1977 y en 1979, con victoria de la UCD en España y del PSOE en Cataluña. Tampoco en 1989 y en 1993, cuando gana CiU en Barcelona y el PSOE en el Estado. El 1996 y el 2000 tampoco coincide el ganador de Barcelona con el español, porque estos años el PSC ganó en la ciudad, pero el presidente español fue del PP. Sí que coincide en 2004 y en 2008 con victorias socialistas, vuelve a fallar en 2011, con victoria de CiU en Barcelona y del PP en el Estado. En 2015 y en 2016 ganaban los Comunes en Barcelona ciudad -también en Cataluña-pero gobernaba el PP a Madrid, y en las dos elecciones de 2019 ganó ERC en Barcelona -y en Cataluña- pero el presidente es del PSOE.
Se consolidará la historia el 23-J?
Este 2023, las elecciones municipales las ha ganado Trias per Barcelona, candidatura amparada por Junts per Catalunya, con nombres del PDeCAT, Demòcrates y Moviment d’Esquerres. Tendrá también la candidatura de Junts la suerte que han tenido históricamente el PSC y CiU? En este caso, hay algunos factores que pueden dificultar que la candidatura de Junts, que lidera Míriam Nogueras, se imponga también en las españolas en la capital del país. La victoria de Xavier Trias ha sido muy ajustada y tiene delante el bloque de las izquierdas del PSC-Comuns y ERC que, ante la estrategia del PSOE de concentrar voto para evitar una mayoría de PP y VOX, podría producirse una gran movilización de estas fuerzas, también ante el desencanto generalizado del independentismo a Madrid.