Del efecto Trias al efecto Pedro Sánchez. Barcelona entoma el enésimo zarandeo político, esta, pocas horas después de que lo 28M haya dado la victoria a Xavier Trias, pero también haya situado el candidato del PSC, Jaume Collboni, en una buena posición estratégica para intentar ser alcalde por la derecha -con el apoyo del PP, y necesariamente con Comunes- o por la izquierda, con un pacto tripartido con Colau y Maragall. Si la aritmética y los vetos cruzados no hacían bastante complicado un pacto en Barcelona gobernar la ciudad los próximos cuatro años, a 600 kilómetros han hecho un movimiento del todo inesperado que sacude el tablero de ajedrez en la capital del país. El anuncio del presidente español de avanzar las elecciones españolas al 23 de julio -después del desastre electoral sufrido por el PSOE en todo el Estado- obligará nuevamente a recalcular estrategias de los partidos y a tener en cuenta factores externos en las negociaciones en la capital catalana. Es más, serán las direcciones de los partidos las que acabarán marcando el relato de las negociaciones.
De momento, Trias no renuncia a ser alcalde a pesar de ser consciente de la dificultad, y piensa abrir conversas tanto con el PSC -con quien tendría mayoría absoluta- como con ERC, con quien podría hacer un gobierno en minoría y ser proclamado alcalde para ser la lista más votada. Una opción, esta segunda, que parece compleja no tanto porque los republicanos no lo quieran, sino porque Jaume Collboni ha insistido que irá a todas para ser alcalde. El PSC, que no ha dado un portazo a Trias, tendría varias opciones sobre la mesa: un tripartito con ERC y Colau o un bipartito con Colau y el apoyo externo del PP. Unas alianzas que, hoy por hoy, son solo aritméticas, porque esconden una altísima complejidad política y vetos cruzados que los candidatos proclamaron en campaña. De hecho, el único pacto que no tendría un veto explícito es la llamada sociovergencia, pero esta sería la última carta del PSC si Collboni no se sale buscando aliados que lo hagan alcalde.

Sociovergència, suma aparentemente fácil
Durante la campaña electoral, Trias y Collboni no se han cerrado la puerta en ningún momento de manera firme. Pero después del 28M y con la victoria del candidato junter, el socialista ha decidido no hacer mucho caso de la suma fácil de 11+10, que daría una mayoría absoluta a los dos políticos. Y es que, en este caso, la orden de los factores sí que altera el producto, porque más que una sociovergència sería una «vergencia-socio, es decir, un Trias alcalde con un PSC de muleta. Además, el anuncio de convocatoria electoral en el Estado ha multiplicado por manantial la necesidad del socialista de intentar conquistar la alcaldía y ofrecer a Pedro Sánchez un bastión que fortalecería las siglas a menos de dos meses del choque electoral con PP y VOX. Y Trias no hará alcalde el socialista habiendo ganado las elecciones. Por lo tanto, este pacto parece a estas alturas poco probable.
El tripartito, desdibujado
Si antes de las elecciones el pacto tripartito que defendía Colau con Collboni y Maragall ya era complejo, pero viable, después de los resultados del 28M todavía lo era más. Cabe de las tres fuerzas integrantes ha ganado las elecciones, ERC vetó el PSC y prometió no hacer alcaldesa Ada Colau… Pero es que además, el anuncio de las elecciones españolas ha alejado del todo esta triangulación que ya no salió bien el 2019 ni el 2015.

Pacto independentista en minoría
Xavier Trias ha dicho que comenzará conversaciones con ERC y el PSC, por separado. Con ERC, que tampoco ha cerrado la puerta a Trias, la suma es incompleta, con 16 regidores de los 21 que hacen falta para tener mayoría absoluta. Sobre el papel, Trias podría proclamarse alcalde para ser la lista más votada si no hubiera un candidato alternativo que sí que exhibiera esta mayoría. es? Si nos creemos las palabras del jefe de filas del PP, Daniel Sirera, sus votos no irán destinados a un bipartito Coláis-Collboni. De hecho, ha dicho que es partidario que gobierne la lista más votada, es decir, Xavier Trias. Entonces, Collboni y Colau no sumarían una alternativa, porque tendrían 19 regidores. Es exactamente el mismo escenario que el 2019, cuando Manuel Valls los completó la mayoría. Ahora, pero, solo VOX podría hacerlo, si es que el PP efectivamente no lo hace.
Collboni y Comunes, que no Coláis, con el voto del PP
Y otro pacto que quién sabe si el PP podría llegar a avalar, y que pasaría eso sí, para que Ada Colau renunciara a su acta de regidora… para ir a Madrid de candidata por la circunscripción de Barcelona con Sumar de Yolanda Díaz. Un gobierno con Collboni de alcalde y los Comunes de socios, con el voto consentido del PP, que de hecho podría exhibir que ha echado la alcaldesa, permitiría al PSC recuperar la alcaldía perdida el 2011, a los Comunes, mantener la institucionalidad en la única ciudad grande donde tienen fuerza y, por lo tanto, salvar el partido en el ámbito de estructuras orgánicas a la espera de buenos tiempos en el Estado con Sumar. A la vegada, Ada Colau tendría una salida por la puerta grande, viajante en Madrid para ocupar un ministerio si Sumar acabara siendo el socio necesario del PSOE para retener el gobierno español. Y para el PP? Podría exhibir que ha echado Coláis y que además, ha sido el partido que ha garantizado un gobierno constitucionalista en la ciudad, alejado de peligros independentistas.

Ahora bien, es cierto que si el PP acabara haciendo alcalde a un socialista, tendría que explicar muy bien la razón para no sufrir un desgaste el 23 de julio, cuando los dos partidos volverán a entrar en la rueda del bipartidismo imperfecto que construyó el régimen del 78. El PP sale con ventaja con unos resultados avasalladores este 28M, pero el PSOE sabe que la baja participación es fruto de la desmovilización de la izquierda, que cuando es llamada a filas reacciona. En todo caso, los movimientos que hagan tanto Collboni como Sirera no serán decididos en sus despachos. La orden vendrá de Madrid. Y esto condicionará totalmente el nuevo escenario en Barcelona.