Si el mandato de Josep Bou como presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona estuvo marcado por las crisis internas, la llegada de Daniel Sirera, cabeza de lista a las municipales de la capital catalana y actual presidente municipal, no ha sido plácida. Dos meses y medio después de ser nombrado regidor, a Sirera le han dimitido los principales cargos de las juntas del partido de los distritos de Gràcia y Sant Andreu. Antes de las elecciones de mayo, ya vivió un enfrentamiento con el exregidor Óscar Ramírez y los hechos actuales están claramente relacionados con los de la primavera.
Esta mañana, el presidente del PP de Gràcia, Miguel Raposo, ha anunciado que dimite, igual que el secretario general y los vocales, por lo cual la junta popular de Gràcia ha quedado «disuelta». “Me voy después de varios meses sufriendo el desprecio, el vacío y el abandono, con unos métodos que recuperan el despotismo de la dirección provincial de Manu Reyes (alcalde de Castelldefels) y Josep Tutusaus, y el grupo municipal de Daniel Sirera”, dice.
«Sin respeto«
Raposo recuerda que hace 20 años que hace política en el distrito de Gràcia, pero considera que si no se respeta su persona ni su trabajo, “no tiene sentido continuar con estas personas al frente”, afirma. El TOT Barcelona ha pedido al grupo municipal encabezado por Sirera una valoración sobre la dimisión de las juntas de Gràcia y de Sant Andreu, pero el partido ha preferido no decir nada.
La dimisión de Raposo tiene mucho que ver con unos hechos ocurridos la pasada primavera, antes de las municipales del 28 de mayo. El ya expresidente del PP en Gràcia era una persona muy próxima a Óscar Ramírez, regidor del Ayuntamiento de Barcelona el pasado mandato, y que fue el que llevó el timón del grupo municipal ante las muchas salidas de tono de Bou. A lo largo de cuatro años, la relación entre Bou y Ramírez fue muy complicada.
Guerra Civil en el PP
El pasado mas de abril, Ramírez quedó fuera de la lista municipal del PP en Barcelona y esto abrió una guerra civil entre los populares. Ramírez dice que no se lo trató correctamente después de todo el que vivió con Bou y considera que tenía que ir el dos o el tres a la lista de Sirera. Según el PP, se le ofreció el número cuatro, pero él no lo aceptó.
En cualquier caso, después de la marcha de Bou, Ramírez se quedó como presidente municipal del PP dos meses, circunstancia que aprovechó para cesar a algunos cargos de confianza próximos a Sirera y para colocar a Raposo como asesor. Con posterioridad, Ramírez dimitió de todos los cargos del PP y se dio de baja del partido.
La otra junta del PP que ha dimitido por estar en contra de la forma de hacer de Sirera ha sido la de Sant Andreu. En este caso han dejado sus cargos el presidente –Miguel Torrubiano, también próximo al exregidor Ramírez-, el secretario y el vocal. En una carta acusan al grupo de Sirera de haberlos plantado en varios actos y de falta de comunicación y hermetismo. Y añaden que Sirera está montando un equipo para el consejo municipal de Sant Andreu ajeno a la junta del distrito del PP -un hecho que podría estar pasando también en otros territorios de la ciudad-. Según los dimisionarios, ni Sirera ni ningún miembro de su directiva les ha consultado.
Fuentes próximas al PP consultadas por el TOT Barcelona no descartan que estas salidas puedan repetirse en alguno otro distrito, como Sarrià-Sant Gervasi, y si no pasa se puede acabar cesando al actual presidente, Isaac Martín. Estas dimisiones están también muy relacionadas con una operación de limpieza en el PP catalán de gente próxima al actual presidente Alejandro Fernández. A pesar de que Alberto Núñez Feijóo, presidente estatal de los populares y candidato a la Moncloa, lo mantuvo como líder en Cataluña, Fernández podría tener los días contados y ser relevado en los meses próximos.
