La derrota de los Comunes a las elecciones de este 28M ha alejado definitivamente Ada Colau de un tercer mandato a la alcaldía. La candidata de Barcelona En común se ha quedado finalmente con nueve regidores y ha concentrado el 19,8% de los votos, una cifra ligeramente inferior al 20,7% de los apoyos obtenidos el 2019 y muy lejos del 25,7% que obtuvieron ahora hace ocho años.
Desde su fulgurante irrupción en el Ayuntamiento en 2015, cuando consiguieron once regidores y se impusieron 53 de los 73 barrios de la ciudad, los Comunes han ido perdiendo progresivamente pistonada a las urnas, reduciendo su presencia mayoritaria a solo 14 de las zonas de la capital catalana hace cuatro años. Esta tendencia se ha revertido sutilmente en las elecciones de este domingo, donde la formación encabezada por Colau ha ganado en 17 barrios.
Tres victorias holgadas consecutivas
Ahora bien, en estos ocho años ha habido un lugar de la ciudad que se ha mantenido siempre fiel a BComú, convirtiéndose en un verdadero fortín inexpugnable durante tres comicios consecutivos. Hablamos de la Clota. Esta zona de origen rural ubicada al distrito de Huerta-Guinardó tiene el honor de ser el barrio más pequeño de toda Barcelona, con solo 18 hectáreas de superficie y menos de mil habitantes.
Los vecinos de este reducto encajado entre el Carmel y Vall de Hebrón, pero, también tienen el curioso honor de ser el barrio más fiel a Colau de la capital catalana. Los Comunes obtuvieron en este lugar un 36,8% del total de votos a las elecciones del 2015 y repitieron las buenas cifras en 2019, cuando también se impusieron con el 32,1% de las papeletas, convirtiéndose en la zona donde la hasta ahora alcaldesa obtuvo mejores resultados de toda la ciudad. En los comicios celebrados este domingo, la formación concentró el 27,82% de los votos, una cifra que supone una bajada considerable, pero que en ningún momento ha hecho peligrar el dominio indiscutible del partido en esta zona.
