Barcelona ha ampliado estos últimos años la red de carriles bici y ya suma 1.500 km. La ciudad ha hecho crecer la red de forma paralela al auge de la bici. Según el quinto barómetro del RACC, en Barcelona hay unas 18.500 bicicletas, cifra que supera con creces las 2.600 que había a inicios del siglo XX. La creación de carriles bici forma parte del día a día, si bien todavía hay reticencias para incorporar algunos, como por ejemplo el de la Vía Augusta, Maragall o el de Aragón, que despertó críticas los primeros días. En todo caso, que vayan apareciendo rutas ciclistas ya no extraña nadie. Muy diferente era el contexto –y las dudas– cuando llegó el primer carril bici en Barcelona. El gobierno de Pasqual Maragall inauguró –en parte fruto de la presión de algunas entidades favorables a la bici– el primer carril bici «permanente» el 13 de octubre de 1990. Tres kilómetros que unían Francesc Macià con el parque de Cervantes por la Diagonal.
La hemeroteca demuestra que la llegada de aquel primer carril bici era todo un «experimento» que despertaba dudas. Una novedad que recogieron diarios como

El carril bici de la Diagonal fue lo primero a estar operativo todos los días de la semana, pero se sumaba a otros itinerarios ciclistas que se abrían solo el fin de semana. «Este nuevo carril-bici se suma a la creación de un circuito urbano por el cual las bicicletas circulan los días festivos y que fue ampliado a principios de año de 3,2 a 4,5 kilómetros», explica
Estreno con Pasqual Maragall y punto de inflexión
El alcalde Pasqual Maragall inauguró el carril en medio de las dudas lógicas que suponía esta novedad y con el objetivo de aprovechar estos tres kilómetros de la Diagonal como punto de partida para crear una red ciclista en Barcelona. Era una época diferente y muchos políticos, incluso regidores del mismo Ayuntamiento, consideraban que Barcelona no estaba preparada para reducir la masa de los vehículos que atravesaban la ciudad diariamente.
En todo caso, las crónicas de aquel estreno ya apuntaban que el consistorio estudiaba la creación de otro carril «similar» entre el paseo de Sant Joan y el paseo de Gracia, que por aquellas fechas tenía que reformarse. La información del Diario de Barcelona recoge declaraciones de la entonces regidora del distrito de las Corts, Teresa Perelló, pidiendo que el carril nuevo bajara desde la plaza de Francesc Macià por la avenida de Josep Tarradellas para que «se pueda conectar en bicicleta con otros distritos».

La llegada de estos carriles bici supuso una pequeña alegría para un movimiento pro bici que hacía años reclamaba su espacio. Un ejemplo de esta presión lo encontramos el junio de 1984, en el marco de la segunda «Fiesta de la Bici» que impulsaba el Ayuntamiento para difundir los beneficios de este medio. 20.000 personas acompañaron la Guardia Urbana en el estreno de uno de los carriles bici operativos solo en festivos. Según leemos en algunas informaciones de la época, un grupo de activistas «disconformes con las normativas municipales que regulan los carriles bici» irrumpieron en el desfile, desviando algunas bicis y colapsando el tráfico de la calle de Aragón.

