Barcelona es mucho más que las calles del Ciutat Vella. La ciudad tiene 73 barrios, cada uno con su realidad y sus problemas, pero también con su historia y su patrimonio. Un proyecto colaborativo impulsado desde la Clota Cotreball por el laboratorio de creación audiovisual Arealab pretende precisamente dar a conocer lugares y espacios destacados de uno de estos distritos fuera del centro de la capital catalana, concretamente del de Horta-Guinardó. La iniciativa bautizada como Mapamic d’Horta-Guinardó ha identificado con la colaboración de ilustradores e historiadores hasta medio centenar de elementos patrimoniales repartidos por los once barrios de esta zona barcelonesa y los ha situado sobre un plano. El mapa pretende, pues, funcionar como una guía para redescubrir rincones y construcciones destacadas que reflejan la «riqueza cultural, artística y paisajística» del distrito.
La primera edición de este proyecto -que se inició en 2022- se presentó el pasado mes de septiembre a modo de exposición en el Casal de Barri Font d’en Fargues y durante este mes de octubre se podrá ver en la Biblioteca El Carmel – Juan Marsé. A pesar de contar con un formato físico, el objetivo de los impulsores es que este mapa pueda ampliarse y esté en constante evolución. «Somos conscientes de que hay muchos otros espacios de interés que no se han incorporado a esta selección. Toda elección es, inevitablemente, limitada y subjetiva. Por este motivo, la iniciativa se presenta como un mapa vivo y colaborativo, abierto a futuras ediciones y a nuevas aportaciones, con la voluntad de organizar un circuito expositivo itinerante», indican los responsables de la iniciativa.
Recorrido por los once barrios del distrito
El barrio del distrito que tiene más elementos patrimoniales identificados es Horta, con once. Entre estos destacan el parque del Laberinto, las masías de Can Cortada y Can Travi Nou, la plaza de Ibiza, la calle Aiguafreda o la Torre del Moro, una edificación del siglo XVI que el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido finalmente no expropiar. Le siguen el Carmel y el Guinardó, cada uno con siete lugares destacados. En el caso del primero, encontramos los mal llamados búnkeres, la Masía de Can Mora o el monumento a las brigadas internacionales. En cuanto al segundo, brillan con luz propia el recinto modernista del Hospital de Sant Pau, el Mas Guinardó, la plaza del Nen de la Rutlla o la masía conocida como Torre Garcini.

Con cinco representantes, aparecen los barrios de la Vall d’Hebron y el Baix Guinardó. Del primero, destaca el Pabellón de la República, la Torre Jussana o la escultura de los fósforos de Claes Olddenbourh presentada con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. Del segundo, el antiguo Hotel Mas Casanovas, los jardines del Doctor Pla y Armengol o la casa de las Alturas. Cuatro elementos de interés tiene Sant Genís dels Agudells, con espacios como el cementerio y la iglesia o el Huerto Urbano de Can Soler, sede de la Asociación Amigos del Monasterio de Sant Jeroni de Vall d’Hebron. También tiene cuatro la Font d’en Fargues, donde destaca la fuente y el quiosco modernista, la casa de barrio y la Masía de Can Fargues. En Montbau, hay tres lugares destacables, entre los cuales la Ermita de Sant Cebrià d’Horta o el Parque de las Heures.

Dos representantes tienen tanto la Teixonera como la Clota y Can Baró. Del primero, se menciona el mural de la salida del metro y la Casa de los Taxonera. Del segundo, la Torre Miradors y el Pozo de la Clota. Finalmente, del tercero se destaca la Masía de Can Baró y los llamados pisos verdes, las viviendas pendientes de rehabilitación que acogieron a los barraquistas realojados del asentamiento conocido como El Santo de esta zona de la capital catalana.
