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Cinco jardines de Barcelona con encanto que las guías turísticas ignoran

Hay rincones de Barcelona que destacan por su belleza. Tanto, que a menudo acaban masificados por la llegada de turistas que quieren disfrutar de las vistas. Hay otros lugares, eso sí, que han conseguido escapar, de momento, de este fenómeno y visitarlos es sinónimo de conocer rincones mágicos de la ciudad, así como la gente que vive.

Es el mismo Ayuntamiento quien a la suya web explica cuáles son alguno de estos rincones escondidos que mantienen su encanto, en parte, porque no aparecen a las guías turísticas. Los describe como espacios que mantienen «la esencia del pueblo que todos los barrios de la ciudad fueron algún día» y que «ni siquiera salen a los mapas turísticos».  El portal municipal hace un repaso en todos estos espacios, empezando por decenas de plazas desconocidas, claustros, miradores o jardines. Sobre estos últimos, destaca seis.

Fundación Palo Alto

Ocupan una antigua fábrica del siglo XIX y se describe como un jardín «exuberante y frondoso». La vegetación, que está por todas partes, llega incluso a las fachadas de los edificios, hecho que aumenta la espectacularidad del espacio. También hay un huerto y un bar. La propiedad es de una veintena de empresas dedicadas a la creación artística.

Jardines de la Casa Ignacio de Puig

Situados en la calle de la Boquera, destacan para tener cerca un edificio de estilo neoclásico. A pesar de que para entrar hay que cruzar la recepción del hotel, el Ayuntamiento lo tiene catalogado como un parque de «acceso público». Está plagado de árboles orientales y parterres geométricos. También se puede tomar algo.

Los jardines de la Torre de las Aigües

¿Una playa en medio del Eixample? En este jardín es una realidad. El Ayuntamiento destaca su ubicación, en uno de los primeros interiores de isla que se recuperaron en el Eixample. Hay un recinto de baño alimentado por una torre de ladrillos de finales del siglo XIX.

El jardín del Ángel

La gracia de este recinto es que está junto a una de las calles más transitadas, el Portal del Ángel. Tal como en el caso de la Casa Ignacio de Puig, el jardín del Ángel también forma parte de un hotel. Aun así, el consistorio deja claro a su portal que también es de acceso público. Destaca la madera del patín, las palmeras, las pintadas, un «cenador envidriada»…

Los jardines del Palau Robert

El último que se destaca es seguramente el más conocido. Los jardines del Palau Robert son, según el consistorio, un «oasis que se intuye desde la Diagonal». Destaca sus espacios de sombra y que simulan los jardines originales de principios de siglo.

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