Barcelona está siendo testigo estos últimos meses de la desaparición de uno de sus barrios obreros históricos. Las excavadoras están reduciendo a escombros los últimos edificios supervivientes del Camp de la Creu, un pequeño reducto industrial ubicado en el distrito de les Corts que está viendo como desaparecen a pasas agigantadas muchas de las construcciones centenarias que todavía resistían en la zona.
Derribo tras derribo, el vecindario asiste impotente a la pérdida de una parte del patrimonio arquitectónico local y de la memoria histórica del barrio, que parece condenado a homogeneizarse, eliminando la singularidad que aportaban estas construcciones. Todo ello se enmarca en el proyecto de reforma de la Colonia Castells, un microbarrio de casetas bajas fundado en 1923 dentro del mismo Camp de la Creu, donde se alojaban las familias de los trabajadores de una desaparecida fábrica de la zona. La iniciativa municipal prevé el derribo de casi la mitad de las viviendas de la colonia, solo sobrevivirán once, para convertir el espacio en un parque verde con una zona de huertos urbanos.

Denuncia vecinal para salvar los últimos vestigios
La plataforma Salvem el Camp de la Creu hace tiempo que lucha para evitar que las excavadoras borren del mapa los últimos vestigios de este pasado obrero. Esta agrupación vecinal no ha conseguido por ahora parar los derribos planeados, pero no deja pasar ninguna oportunidad para denunciar la situación con la esperanza de poder salvar el máximo número posible de edificios históricos.
En este contexto, la plataforma ha compartido esta semana una publicación con dos fotografías donde se puede ver el antes y el después de una de las calles afectadas por estas demoliciones. «La vida y la muerte de un barrio de Barcelona. La memoria obrera de les Corts está siendo borrada por culpa del Ayuntamiento y de las marionetas del distrito de les Corts», se puede leer en la publicación, que va acompañada de una imagen de la vía con las construcciones en pie y de otra de la misma calle con buena parte de los edificios derrocados o en proceso de escombro.
Adiós traumático a la pequeña caseta de color grana
Uno de los escombros recientes más traumáticos fue el de la pequeña caseta de color grana ubicada en el número 4 de la plaza de Carme. Esta construcción casi centenaria acabó reducida a escombros el pasado mes de julio, pero en el imaginario colectivo de los vecinos de les Corts todavía pervive su recuerdo como una de las fincas más singulares de la zona. Como con otras construcciones de los alrededores, el consistorio se negó finalmente a otorgar el indulto a este edificio con cerca de 86 años de historia, borrando para siempre jamás uno de los elementos de la tradicional imagen de la plazoleta del Carme, donde recientemente se ha restaurado la vieja fuente central.
Hay que recordar que la misma situación ya se vivió en octubre del 2022, cuando los operarios retiraron la cabeza de carnero que presidía la finca ubicada en la calle de Montnegre, 44-46. En este caso, sin embargo, el Ayuntamiento sí que remarcó antes del inicio de los trabajos que la figura ornamental sería trasladada al Archivo de les Corts para evitar que se perdiera con el derribo de la finca y precisó que la retirada la llevaría a cabo una brigada especial para respetar al máximo los elementos patrimoniales.
