El modernismo era un movimiento político-cultural que pretendía transformar la sociedad catalana. Un movimiento que caló muy profundo en Cataluña, pero sobre todo en Barcelona a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Fue un movimiento que destacó sobre todo por su arquitectura y que ha dejado grandes obras en la capital catalana como el Park Güell, la casa Milà o la fachada del nacimiento y la cripta de la Sagrada Familia, diseñadas por Antoni Gaudí. Más allá de los grandes monumentos turísticos, pero, el modernismo también tuvo un gran impacto en la arquitectura ‘mundana’. Estos son los cuatro mercados modernistas que sobreviven en Barcelona:
- Mercado de la libertad: Este mercado situado en la plaza de la Libertad, en la Vila de Gracia, es uno de los más característicos de la ciudad. La nave consiste en una cubierta de hierro y un cierre perimetral de obra vista. Abrió las puertas por primera vez el 1888, pero desde entonces ha sufrido remodelaciones entre el 2008 y el 2009. En un buen inicio, el mercado mostraba en la parte central unas piezas de hierro muy trabajadas, que acontecían un escudo modernista de formas imposibles.
- Mercado de Sants: Entre las calles de Sant Medir, Cáceres, Sant Jordi y Daoíz y Velarde, en el barrio de Sants, aparece este mercado modernista inaugurado el 1913. La fachada tiene tres partes, correspondientes a cada uno de estos tres cuerpos, y todavía las conserva después de las varias remodelaciones que ha vivido los últimos años.
- Mercado de Galvany: Según el Ayuntamiento de Barcelona, este es uno de los mercados más bonitos de la ciudad. Situado en la calle Santaló, al distrito de Sarrià – Sant Gervasi se levanta el mercado de Galvany que se inauguró el 1927. El más espectacular de este edificio es su nave en forma de cruz griega presidida por una gran cúpula central. Las paredes están guarnidas de vitrales modernistas de la época que todavía se conservan.
- Mercado de Sarriá: Y el último mercado modernista inconfundible de la ciudad es el Mercado de Sarrià, situado entre el paseo de la Reina Elisenda de Moncada, la calle del Padre Miquel de Sarriá y la calle de la Parroquia, al distrito de Sarrià-Sant Gervasi. Se inauguró el 1911 en el terreno que ocupaba el huerto de la vicaría de la parroquia de San Vicenç de Sarriá y hoy en día, más de ciento años después, todavía se conservan los vitrales rectangulares de la parte más alta.
