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La Casa Orsola enfrenta el primer desalojo tras años de lucha

Primer punto de partida para la Casa Orsola. Esta emblemática finca centenaria del Eixample enfrenta su primer desalojo después de casi tres años de cruzada que ha convertido este inmueble ubicado en la intersección entre las calles de Calàbria y del Consell de Cent en un verdadero símbolo de la lucha contra la especulación en la ciudad. El lanzamiento que iniciará oficialmente este proceso de expulsión es el de Josep Torrent. Este hombre de 49 años fue el primero de los inquilinos que tuvo que responder ante la justicia después de que su contrato de alquiler venciera el 30 de abril de 2022.

Después de dos intentos suspendidos y un periplo judicial de casi dos años, la Audiencia de Barcelona ordenó finalmente el desalojo del piso donde ha vivido durante más de dos décadas. La sentencia es firme desde principios del mes de noviembre pasado y ahora el juez la ha fijado para el próximo viernes 31 de enero. «Si lo queremos detener, tendremos que hacerlo en la puerta», apuntaba ya Torrent a mediados de noviembre en unas declaraciones al TOT Barcelona. El suyo, sin embargo, no es un caso aislado. Después del lanzamiento de este vecino, se espera que se produzcan al menos otros tres en la misma finca de inquilinos que ya tienen el contrato vencido y están pendientes de sentencia. Al menos seis familias más del total de 27 viviendas que tiene el edificio verán cómo sus contratos finalizan en los próximos años sin poder optar a una renovación, lo que acabará dejando el inmueble prácticamente vacío, solo con los vecinos de los ocho pisos que tienen un contrato de alquiler indefinido de renta antigua.

Resistencia para marcar jurisprudencia

La cruzada de los vecinos de este bloque para evitar que la propiedad los eche de los pisos donde algunos inquilinos han vivido toda la vida ha despertado la atención mediática y está sirviendo para visibilizar una situación que es un aviso para navegantes para muchas comunidades de vecinos de la capital catalana. El objetivo de la propiedad -el fondo Lioness Inversiones SL, que adquirió el bloque en el año 2020- es convertir las viviendas en alquileres de temporada. Por todo esto, desde el Sindicat de Llogateres ya han informado que enfrentarán y tratarán de resistir este tercer lanzamiento. «La Casa Orsola es hoy la punta de lanza de un proceso más amplio: la resistencia ante la expulsión de arrendatarios para hacer espacio a alquileres turísticos y apartamentos de lujo […] Hacemos un llamado masivo a todas las vecinas, colectivos y entidades a unirse a la defensa de la Casa Orsola. Porque defender la Casa Orsola es defender Barcelona. El 31 de enero, todas a la calle: Detengamos el desalojo», apuntan en un comunicado.

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