Los Mossos d’Esquadra están trabajando desde este martes a primera hora de la mañana en el desalojo de un bloque de Gracia ocupado por familias con menores. Decenas de manifestantes se han concentrado desde primera hora en la puerta del número 354 de la calle de Nàpols, en el barrio del Camp d’en Grassot, para evitar el desalojo del denominado bloque Ruth, un edificio propiedad de un fondo de inversión que el Sindicato de Vivienda de Gracia ocupó en junio del 2021.
La presencia de la protesta en la entrada del inmueble ha parado durante unos instantes la intervención policial, que se ha retomado poco después provocando varios momentos de tensión entre agentes y manifestantes. Uno a uno, los policías han sacado de la puerta a los concentrados para poder acceder al edificio y materializar el desahucio de tres de las familias que residen en este.
Según han denunciado a través de las redes sociales tanto el Sindicato de Vivienda de Gracia como el Sindicato de Vivienda de Vallcarca, la policía catalana ha identificado a las personas que estaban bloqueando la entrada de los efectivos al bloque Ruth, que es propiedad del fondo de inversión Cerberus. Los Mossos d’Esquadra han preparado un fuerte despliegue para poder proceder al desalojo y hasta el número 354 de la calle de Nàpols se han desplazado hasta doce furgones de la unidad antidisturbios, que finalmente han podido materializar el lanzamiento.
Se da la circunstancia que al menos dos de las tres familias con menores desahuciadas están en riesgo de exclusión social y figuraban en la mesa de emergencia del Ayuntamiento de Barcelona a la espera de poder acceder a un piso protegido.
Otro desahucio polémico
Hay que recordar que la semana pasada ya tuvo lugar otro desahucio polémico esta vez en el barrio del Besòs del distrito de Sant Martí. Los hechos tuvieron lugar el pasado 14 de julio cuando numerosos efectivos de la unidad antidisturbios de la policía catalana acudieron al número 12 de la calle de Alfonso el Magnánimo para probar de desalojar a Sheila y a sus hijos menores de edad, que ya era el tercer intento de lanzamiento que sufrían.