Hace meses el Ayuntamiento instaló una valla en los búnquers del Carmel para frenar la masificación turística por las noches y, así, mejorar el descanso de los vecinos que se quejaban por las riadas de turistas y por el ruido que generaban. El primer día en el cual se cerró esta zona del Turó de la Rovira fue el pasado 2 de mayo. Desde entonces, se ha cerrado al público cada día a las 19.30 horas. Los resultados, pero, no han sido los que los vecinos habrían esperado.
Un ejemplo es que, tal como ha denunciado a través de Twitter lo Consell Veïnal del Turó de la Rovira, la masificación y la «fiesta turística» continuaban este lunes después de que se cerraran los búnquers. «Haced algo, concejal Lluís Rabell y Guardia Urbana, ¿o es que el vecindario tenemos que aguantar la fiesta turística?», dijo desde el Consell Veïnal del Turó de la Rovira. Esto no es todo. También recordaron que cuando la Guardia Urbana desaloja el espacio sin requisar el alcohol a los presentes, la fiesta continúa en las zonas residenciales del Turó de la Rovira. «Por cierto, cuando los echáis, sin requisarlos el alcohol —así pueden seguir de party por la calle de Mühlberg y Gran Vista—, también se les comentáis que han estado pisando y respirando bien de amianto, que el Ayuntamiento invita», han añadido.
Amianto en el Cerro de la Rovira
La semana pasada, el Consell Veïnal del Turó de la Rovira denunció a través de un comunicado que las obras de la valla habían dejado al descubierto restos de amianto procedentes de los tejados de las antiguas barracas de la zona, que se derrocaron el 1992. “Solo hay que pasearse por los alrededores del vallado para comprobar que hay una cantidad inadmisible de restos de amianto esparcidos por la zona. La mayoría de ellas han quedado a cuerpo descubierto por las obras y la avalancha de turistas que viene cada día, que las dispersa y desmenuza”, señaló.
