Retiradas hace 23 años y por 10 pesetas

Este fin de semana se celebró a la Rambla la segunda edición de la Vila del Libro, que llenó la arteria más emblemática de Barcelona de cultura. Participaron una treintena de editoriales independientes y se hicieron varias actividades literarias. Una de las iniciativas más destacables fue la instalación de varias sillas de color rojo, que rindió homenaje a las antiguas sillas de la Rambla de alquiler que se podían encontrar hace 23 años. La acción, de carácter artístico y arquitectónico, se hizo a la altura de la fuente de Canaletes. Tal como explicó Adrian Elizalde, socio del despacho de arquitectos Forma-Arquitectura, el objetivo era “recuperar el espíritu, la tradición y la esencia barcelonesa”.

En este sentido, puso sobre la mesa la necesidad de recuperar la autenticidad del paseo. “No queremos imponer nada, pero hacemos estas acciones para poner de relieve la autenticidad de la Rambla”, dijo y añadió: “Hay que dejar atrás el urbanismo muy fijo y poco humano que no fluye con la gente”. Elizalde señaló que la idea había surgido a raíz de la reforma de la Rambla, con la voluntad de “recuperar los años dorados” y reivindicar un “espacio abierto y social” porque “no se pierda el pasado”.

Un punto de encuentro

En cuanto a la distribución de las sillas, se colocaron en hileras que invitaban a la gente a sentarse para hablar y compartir un espacio y, de este modo, hacer que la Rambla volviera a ser, durante unas horas, un punto de encuentro. También había una silla de grandes dimensiones que sirvió para «llamar la atención». Por otro lado, Elizalde explicó que con el color rojo se quería recordar como las sillas habían ido evolucionando con los años. “Las sillas de la Rambla evolucionaron, primero eran de paja, después fueron blancas, y todavía más tarde, negras”, dijo Elizalde. “Nosotros las hemos hecho rojas”, subrayó.

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