La Asociación para la Promoción del Transporte Público (PTP) y el sector empresarial barcelonés, agrupado en la mesa Mou-te per Barcelona, han criticado públicamente la reforma de la Via Laietana justo antes de su inauguración, prevista para el 29 de junio después de más de tres años de obras y una inversión de 38 millones de euros. Tras la apertura hace dos años del tramo superior, entre Urquinaona y Antoni Maura, este domingo 29 se abrirá el tramo inferior, y se recuperará el sentido ascendente en toda la calle, con solo un carril para vehículos y un carril bici. La reforma de la vía hará que el carril de subida quede restringido al transporte público, vecinos, taxis con origen o destino en la zona, usuarios de aparcamientos, clientes de hoteles y vehículos de distribución de mercancías. Además, está previsto que después del verano se ponga en funcionamiento un sistema de cámaras de lectura de matrículas para sancionar el paso de vehículos no autorizados.
La Asociación para la Promoción del Transporte Público (PTP) ha denunciado que la reforma representa un triple perjuicio para el transporte público de superficie, y lamenta que no se recupere la subida de las líneas V15 y V17, a pesar de haber un carril bus. «No podemos continuar reformando la ciudad a costa del transporte público», han lamentado, y han dejado claro que «es urgente priorizarlo si queremos una Barcelona realmente sostenible y equitativa». Al mismo tiempo, también han subrayado que la remodelación incluye otros agravios como, por ejemplo, el carril bus y bici compartido en sentido descendente que, según la entidad, genera problemas «graves de seguridad y eficacia».

Por otro lado, Mou-te per Barcelona ha denunciado la «pérdida de funcionalidad viaria» en Via Laietana y recuerdan que el proyecto «se ha ejecutado sin un verdadero consenso ciudadano y con un único objetivo: restringir drásticamente la circulación del vehículo privado entre un 20% y un 30%». «La reforma ha convertido la Via Laietana en un bulevar con un único carril de subida compartido entre transporte público y vehículos privados, sin escapatorias durante 1 kilómetro», remarcan la treintena de entidades adheridas, y advierten que «esta configuración genera colapsos circulatorios y reduce severamente la funcionalidad de una vía clave para el acceso a Ciutat Vella, especialmente para trabajadores, servicios, comercio, restauración y transporte de mercancías».
Una reforma para un «barrio turístico»
Asimismo, el sector empresarial avisa que Ciutat Vella acabará convirtiéndose en un «barrio turístico,» a pesar de los proyectos singulares y arraigados impulsados en el epicentro de la ciudad y remarcan que «los vecinos tampoco están contentos». «El barrio Gótico se siente marginado porque no dispondrá de los mismos derechos y usos de la Via Laietana que el resto de barrios de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera y la Barceloneta», subraya el comunicado.



