“No puedo más que mostrar mi extrañeza ante este inusual hecho: la noche del 28 de mayo, algunos vecinos del barrio de Les Corts nos despertamos ante los insoportables graznidos de un ave; no un ave cualquiera; nuestro estupor fue inmenso al salir al balcón y ver una silueta negra de un ave de grandes dimensiones. Quizá debería medir entre 3 o 5 metros, y no exagero. Numerosos fueron los vecinos que lo vieron y numerosos también los comentarios al día siguiente. Suponemos que en otros barrios, otras personas debieron verlo. ¿Qué era? Y lo que es más extraño: ¿Por qué no ha aparecido ninguna noticia en la prensa?”.
Es una carta al director publicada en el diario
La colonia urbana más grande de Europa
“A partir de aquel momento, sus descendentes consideraron esta zona como su casa y se fue repoblando de manera autónoma y libre. La gracia es que este lugar está entre dos ríos, el Llobregat y el Besòs, y, por tanto, es su fuente de alimentación. Por la mañana se marchan y resiguen el río buscando comida -se alimenta de peces, ranas, cangrejos de río, tanto en los ríos como la costa-, y al atardecer vuelven. La fortuna es que se ha acabado convirtiendo en la colonia urbana de martín pescador más grande de Europa. No podemos determinar el número de ejemplares, pero superan el centenar”, explica al TOT Barcelona el director del Zoo, Sito Alarcón.
¿Pero qué aspecto tiene realmente el martín pescador? Es una de las especies más grandes de la familia de los arderidos europeos. Puede llegar a medir un metro de altura (entre 84 centímetros y 102) y casi dos de anchura alar (entre 155-175 cm), y su peso puede llegar a los 2 kilos. Tiene las patas y el cuello largo, el pico recto y alargado en forma de puñal. Su plumaje va del color blanco hasta el negro y predominan diferentes tonalidades grises, y sus alas son grises y negras. Hacen un sonido áspero, de chirimía, y sonoro. Una realidad muy diferente de aquel monstruo que relataban los lectores, que llegaron a decir que hacía entre 3 metros y 15 metros, con adjetivos como «paloma mutante», «cuervo gigante» o «pterodáctilo prehistórico».

Pocos días después de que
El Ayuntamiento de Barcelona también tiene constancia de presencia de ejemplares de martín pescador en los rompeolas del puerto y las playas, también algunos jardines privados de la ciudad, como también en los estanques del parque de la Ciutadella, el parque de Diagonal Mar y en el Turó Park. Además, en octubre de 2021 se detectaron ejemplares en una zona restringida de la llanura agrícola del Besòs y se pudo confirmar por primera vez la nidificación con éxito de una pareja de martín pescador.
Así, en Barcelona se ha pasado de temer a un pajarraco desconocido a poder disfrutarlo como un tesoro faunístico, símbolo de biodiversidad. Durante el siglo XIX y principios del XX, los martín pescador eran muy cotizados por sus plumas, que adornaban los sombreros de las señoras adineradas. Pero a partir de los años setenta se convirtió en una especie a proteger y, sumado a la mejora de la calidad de los ecosistemas fluviales, empezó a recuperar población hasta convertirse en un pájaro bastante común.
Si queréis observarlo de cerca, hay que ir al Zoo, subir a la reproducción de Montserrat mirando hacia la montaña del Tibidabo y la Sagrada Familia. Y si guardáis silencio, quizás podréis escuchar este sonido de chirimía que tanto atemorizó a algunos barceloneses hace tres décadas.
