El 14 de octubre del 2019, el Tribunal Supremo dictó la sentencia del procés, lo cual supuso prisión para el exvicepresidente Oriol Junqueras, cinco exconsellers del gobierno, la expresidenta del Parlamento Carme Forcadell y Jordi Sànchez i Jordi Cuixart. Las consecuencias de esta sentencia también se vivieron en las calles de Catalunya y Barcelona, donde se materializaron con varias manifestaciones y disturbios. Había muchos barceloneses y catalanes de distintas partes de Catalunya, entre los cuales había también CDR.
Durante aquellos días, un grupo de ultras quisieron mostrar su punto de vista de la situación protagonizando una concentración de carácter fascista en la plaza de Artós -distrito de Sarrià-Sant Gervasi-, donde se acercaron diferentes grupos de CDR y antifascistas para hacer una contramanifestación. Los dispositivos de los Mossos d’Esquadra evitaron que se produjeran peleas en los alrededores de la plaza de Artós, pero hubo incidentes más tarde, cuando las dos concentraciones se dispersaron y los diferentes grupos se encontraron por las calles del distrito del Eixample. Uno de los incidentes lo protagonizaron cuatro ultras que agredieron un joven. El juicio contra estos arrancará este martes en la Ciudad de la Justicia.
Acusación particular
El Ayuntamiento, por su parte, se presenta como acusación particular por unos hechos en los cuales considera que hubo delito de odio. Además, a los agresores se les suma un delito de desórdenes públicos, puesto que el ataque se produjo cuando el grupo de ultraderecha gritaba por las calles de los distritos de Sarrià-Sant Gervasi y del Eixample «a por ellos». Según el consistorio, también tiraron objetos y amenazaron y atemorizaron las personas que se encontraban por su camino.
Por todos estos hechos, el Ayuntamiento pide cinco años de prisión para los encausados. La Fiscalía también pide cinco años de prisión para ellos, puesto que también considera que hay una agravante de odio y discriminación ideológica.
