El parque de Joan Miró se ha convertido en los últimos meses en uno de los epicentros de obras de todo el distrito del Eixample. La coincidencia en el tiempo de los trabajos para ampliar la línea L8 de los Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) con los de ampliación de la red de agua freática han dejado al vecindario de la Nova Esquerra de l’Eixample sin una cuarta parte del principal pulmón verde que tenían en el barrio, obligando a los ciudadanos a convivir con las molestias que generan los operarios tanto en lo que se refiere al ruido como al polvo y el tráfico de maquinaria y vehículos. Ahora bien, este escenario podría volverse aún más hostil de aquí a unos meses, cuando se transporte toda la tierra excavada para abrir el pozo que permitirá el paso de la tuneladora hasta la gran explanada yerma que se ha creado en uno de los extremos del parque, donde se acumulará mientras se prolongan las obras para extender la L8.
Más allá de las molestias de las obras, la gran preocupación del vecindario es el posible paso constante de camiones de gran tonelaje por delante tanto de la Escola Joan Miró como del Institut Ernest Lluch, los dos centros más próximos a la zona del parque afectada, con la consecuente contaminación tanto acústica como ambiental. Anticipándose a este escenario, representantes de las dos comunidades educativas así como vecinos de la zona cortaron este viernes por la tarde la calle Diputació a la altura de la calle Entença en señal de protesta y bajo una consigna clara: «Luchamos para que no pasen camiones cada día frente a 1.100 niños«.
Por ahora no está claro cuál será el itinerario concreto de estos vehículos, en qué horarios se llevarán a cabo los traslados y las obras en sí o si colocarán vallas protectoras que eviten la dispersión de este polvo una vez almacenado en la explanada. Precisamente por eso, la comunidad educativa quiere poder dar su opinión y proponer rutas alternativas si procede. En este sentido, fuentes del Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica remarcan que todavía queda más de un año para este escenario de movimiento de camiones, pero aseguran que están abiertos al diálogo y que no disponen por ahora de una previsión del número de vehículos que pueden llegar a circular por este tramo. Con todo, indican que tienen fijada una reunión a finales del mes de enero de 2025 tanto con representantes de los dos centros educativos como de la Biblioteca Joan Miró.

¿Una comisión de seguimiento, la solución?
Cabe recordar que dos resoluciones de la Sindicatura de Greuges de Barcelona y del Síndic de Greuges de Catalunya publicadas a principios del pasado mes de agosto ya instaban entonces a las diferentes administraciones implicadas a crear una comisión de seguimiento de las obras conjunta para informar a la ciudadanía sobre la evolución de estas y sobre posibles incidencias o contratiempos. Desde el Síndic de Greuges de Catalunya incluso proponían instalar una oficina informativa a pie de obra abierta a los vecinos afectados o la aplicación de medidas correctoras para reducir al máximo las molestias y garantizar la salud de las personas que tendrán que convivir alrededor de esta actuación.