Los ocupas del Kubo y la Ruina han avisado que responderán «con toda la furia» si se los desaloja del recinto de la Bonanova. Los inquilinos del bloque ocupado detallan que tienen una orden de desalojo para el próximo 30 de noviembre y que están preparados «para todo». En un comunicado emitido en las redes, cargan contra la Sareb y avisan que «la rabia y la imaginación siempre encontrarán caminos por donde manifestarse».
«Lo queramos o no, nos vemos inmersos en una guerra abierta contra este sistema de dominación que nos explota y que destruye nuestro mundo», escriben en el comunicado. «Aceptamos y abrazamos el conflicto», detallan a continuación, para acabar declarando que «utilizaremos todo a nuestro alcance para combatir en esta guerra social».
Tensión y polémica durante la campaña
El Kubo y la Ruina saltaron a la opinión pública poco antes –y sobre todo durante– la campaña electoral. Ciutadans decidió manifestarse ante los edificios ocupados –lo alargó unas semanas después de las elecciones–, unas protestas a las cuales se sumó después la empresa Desokupa, estrechamente ligada a la extrema derecha de Vox. «Invitamos a todos los vecinos menos a los de Desokupa, estos no están invitados. Ni okupas ni desokupes», decía en campaña la candidata naranja, Anna Grau, en un intento de distanciarse de Desokupa.
La situación desencadenó diferentes concentraciones favorables y en contra de la ocupación, y una indignación generalizada entre los vecinos de la Bonanova. «Todo empieza con la de Valents [Eva Parera], que venía con una cámara unos minutos a provocar y generar mal ambiente», explicaba al TOT una vecina próxima a la zona. Los vecinos preguntados por este diario aseguraban, en los momentos más polémicos, que el día a día en la Bonanova era tranquilo antes de las elecciones y lamentaban que la derecha atizara el fuego «para conseguir cuatro votos».
