El 2023 acabará con tres días de fiesta, cinco para los más afortunados. El puente de la Purísima de este año es uno de los más largos del curso, lo cual ha provocado que bastantes vecinos del área de Barcelona se hayan marchado. Sin ir más lejos, el miércoles ya salieron 413.000 vehículos del área metropolitana, el 90% de la previsión que el Servicio Catalán de Tráfico ha hecho para este puente. Los que no han salido –y han querido madrugar– habrán podido presenciar imágenes de Barcelona muy espectaculares. Como es habitual, desde el Observatorio Fabra han recogido algunas de estas postales con un seguido de fotografías muy curiosas.
La postal de este jueves 7 de diciembre permite ver una albada rojiza captada de forma magnífica por la cámara del meteorólogo Alfons Puertas. Un cielo con diferentes capas y unas cuantas nubes –no soltarán agua– que custodian el habitual

El 5 de diciembre, primer día de fiesta para mucha gente, desde el recinto del Tibidabo se pudieron observar algunos núcleos tormentosos mar adentro delante de la ciudad de Barcelona. Todo ello creó una imagen poco habitual y nada fácil de captar: rayos y turnos aislados sobre unas nubes blancas e iluminadas que aparecen, en la imagen, como si estuvieran encima de la capital catalana.


Un día antes, lunes 4 de diciembre, a las 6:45 horas de la mañana, en Barcelona aparecía una pequeña cortina de agua que se podía apreciar desde el Observatorio Fabra. Una cortina que acabó sin efectos, haciendo buena, desgraciadamente, la previsión meteorológica de inicios de semana. «Han caído cuatro gotas inapreciables, quizás llegamos a hacer alguna décima de lluvia», explicaba el lunes el meteorólogo del recinto, Alfons Puertas. La imagen, eso sí, permite ver diferentes tonalidades en el cielo y en la ciudad, y dibuja una nueva postal de Barcelona.
