El pasado mes de noviembre saltaba la noticia, la policía estaba investigando un tercer religioso de la escuela de los Jesuitas Caspe por tocamientos a menores. Dos meses más tarde, los exalumnos de la escuela han abierto una cuenta de Instagram para poner en marcha una denuncia colectiva para recoger casos de presuntos abusos en la escuela entre el 1982 y el 2010. En la primera publicación de esta nueva cuenta especifican que aquellos alumnos que sufrieron «tocamientos íntimos» o que se sintieron incómodos a la enfermería del centro «no están solos». Para articular la demanda, los impulsores de la cuenta comentan que se los puede contactar al correo afectadxsjesuitescasp@gmail.com y añaden que escucharán a todos los afectados con «empatía y confidencialidad».
Hay que recordar que hasta el momento un total de tres religiosos han sido denunciados por abusos o tocamientos a menores. El último fue el enfermero, que por los supuestos abusos que habría perpetrado a menores de edad entre los años 2000 y 2001. Además, también se están investigando varios abusos sexuales cometidos por Francesc Peris, entre los años 70 y 90, y Francesc Roma, que compartieron claustro.
A raíz de todo ello, y antes de saber el caso del enfermero, un total de 234 exalumnos publicaron una carta abierta exigiendo una condena pública de la institución por los presuntos abusos. La misiva explicaba que a pesar de que los hechos habían sido denunciados en 2021 en el Vaticano y en la Conferencia Episcopal Española, hasta entonces no había habido un “posicionamiento firme y público de condena por parte de la institución”. En este escrito, dirigido también al Departamento de Educación, las víctimas consideraban “de extrema gravedad” que la Compañía de Jesús “no haya actuado de manera decidida para facilitar la investigación”.
La escuela pide perdón
La réplica del colegio no se hizo esperar y la dirección de la escuela compareció rápidamente para condenar los abusos. En las explicaciones, la escuela Casp aseguraba que «lamentamos de verdad que estos abusos se dieran en instituciones donde los niños tendrían que estar especialmente protegidos. Pedimos perdón por el sufrimiento causado«.
Además, la escuela se comprometió a poner en marcha una investigación interna con la ayuda del bufete Roca Junyent. «Analizaremos casos y esperamos que con su ayuda podamos esclarecer responsabilidades, que estamos dispuestos a asumir», aseguraban en su comunicado, aunque no determinaron ninguna fecha para el fin de la investigación. Además, también ofrecieron a las víctimas el acompañamiento de una institución externa.





