Los Mossos d’Esquadra han desmantelado dos plantaciones de marihuana en dos pisos ubicados en el distrito de Sant Martí de Barcelona, después de que se incendiaran en días consecutivos por una sobrecarga eléctrica. A raíz de estos incidentes, el cuerpo de los Mossos ha intervenido cerca de 2.000 plantas de marihuana, lo que representa casi el 20% de todas las que decomisaron el año anterior en la ciudad.
Los dos incendios -que no tienen relación entre ellos- se produjeron por una sobrecarga de las instalaciones eléctricas de los inmuebles, que fueron una consecuencia de la conexión fraudulenta a la red eléctrica. Según los técnicos de Endesa, la energía defraudada ascendería al consumo anual de hasta 130 viviendas.
El primer incendio tuvo lugar la mañana del domingo 30 de noviembre, en la calle Zamora de Barcelona. Después de que los bomberos apagaran el incendio, los investigadores localizaron en el interior del inmueble 1.200 plantas de marihuana en diferentes fases de floración, así como otros aparatos como aires acondicionados y ventiladores. El responsable de la plantación fue detenido.
Al día siguiente de este primer incendio, los agentes de la Guardia Urbana fueron activados por otro incendio en la calle Auger del distrito de Sant Martí, hacia las 10 de la noche. En el interior encontraron 700 plantas y elementos para el cultivo de marihuana. Agentes de Seguridad Ciudadana de los Mossos detuvieron a dos personas cuando intentaban abandonar el piso con un vehículo.
La actividad delictiva
Las dos viviendas eran alquiladas, no ocupadas, lo que dificulta la acción policial, aseguran los Mossos. “Aparte del cultivo de la marihuana, no hay una actividad delictiva o irregularidad asociada a estos inmuebles. Si la situación fuera diferente, probablemente tendríamos otras herramientas para identificarlos. Pero como la única ilegalidad es el cultivo, esto dificulta la intervención”, aseguran desde el cuerpo.
Desde las fuerzas de seguridad añaden que este cultivo puede ser una amenaza para los vecinos, ya que se generan situaciones de peligro de incendio como las que se han vivido estos días. Las plantaciones requieren aparatos de gran potencia eléctrica que deben estar en funcionamiento durante muchas horas y esto conlleva que las líneas eléctricas se vean sobredimensionadas, con riesgo de incendio. Además, estos cultivos también necesitan grandes cantidades de agua durante la fase de crecimiento y floración. Esto puede causar fugas y que el agua se deposite en superficies permeables y provoque humedades en los inmuebles adyacentes, con daños estructurales a medio y largo plazo. Por último, las plantaciones desprenden fuertes olores que pueden afectar el bienestar de los vecinos, ya que pueden provocar alteraciones en el sueño u otros problemas de salud.
En 2024, se intervinieron 10.738 plantas de marihuana en Barcelona, el 2% del total de Cataluña (542.100).
