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El Ayuntamiento blinda los ejes pacificados contra los botellones

El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido blindar las calles de Consell de Cent y Enric Granados contra los botellones. El distrito reforzará los principales ejes pacificados del Eixample con una nueva patrulla nocturna de la Guardia Urbana para evitar que la fiesta se extienda cuando los bares cierren. El regidor del distrito, Jordi Valls, se ha reunido esta mañana con las principales entidades y asociaciones de vecinos de la zona para mirar de prevenir que el ruido se extienda hasta altas horas de la madrugada, como ya ha pasado otros veranos a la zona de bares de Enric Granados o Aribau.

Más allá del aumento policial, la reunión también ha acordado incorporar una brigada de limpieza en la calle de Enric Granados –cada semana de jueves a domingo– una vez hayan cerrado las terrazas. Por otro lado, lunes empezará a instalarse unas nuevas vallas metálicas que delimitarán qué espacio tiene disponible cada bar en la calle, de forma que sea más fácil detectar cuando un establecimiento incorpora más tablas de las permitidas a la terraza. El Ayuntamiento también informa de una nueva campaña intensiva de inspecciones «priorizando el control y seguimiento en las zonas saturadas y los ejes verdes».

Una de las terrazas de la conflictiva calle de Enric Granados / Mireia Comas
Una de las terrazas de la conflictiva calle de Enric Granados / Mireia Comas

El tejido vecinal teme por un verano complicado

Fuentes vecinales presentes a la reunión destacan al TOT Barcelona que el Ayuntamiento ha cedido en algunas medidas, pero a la vez admiten que «no salen muy satisfechos» con la respuesta recibida sobre otros aspectos planteados, que serán más difíciles de llevar a cabo. Entre las medidas que reclaman los vecinos, más allá de un mayor control de las terrazas, está la elaboración de un plan de usos más restrictivo, puesto que consideran que el que se aprobó a finales del mandato pasado sirve para «parar el golpe», pero no soluciona los problemas de convivencia detectados.

El pasado lunes, las principales entidades vecinales del Eixample ya alertaron que lo que pasa en Enric Granados empieza a extenderse a otros ejes verdes «como una mancha de aceite». «Hemos tenido días muy bestias, de gente a las dos de la madrugada haciendo alboroto, bebidos… Puedes aguantarlo un día de fiesta mayor, pero no cada día», explicaba el portavoz de la AVVEE Xavier Riu, que avisaba al nuevo regidor que se trata de un problema que «no puede esperar a septiembre» para poner solución.

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