Sin Sarrià-Sant Gervasi no habría pasado. Sin este feudo histórico de Convergència i Unió (CiU), el exalcalde y ahora candidato de la órbita de JxCAT, Xavier Trias no habría ganado las elecciones municipales del pasado 28 de mayo. Las cifras retratan a la perfección como la fortaleza de Trias en esta parte de la zona alta está blindada a prueba de balas. Obtuvo el 40% de los votos, más del doble de los que consiguió la segunda bastante, el PP, el 14,92%.
Esta fortaleza también la explica la férrea convicción con la cual muchos de sus votantes aseguran que hará las cosas bien si consigue volver a plaza de Sant de Jaume. Una buena parte de ellos se encuentran en el barrio de Sant Gervasi-Galvany, donde el exalcalde fue a votar el pasado 28 de mayo. El punto exacto fue el Mercado de Galvany, donde ahora se encuentra uno de los suyos, Joan Torrents. Se declara votante de Trias sin ninguna intención de esconderlo ni necesidad de hacer ningún matiz. “El primer objetivo era echar a Colau. El segundo es que Trias sea alcalde y el tercero que no pacte con ERC”, dice al TOT Barcelona.
«No tocar más el Eixample»
Al ser preguntado por qué la gestión del ganador de las elecciones puede ser buena para Barcelona tampoco duda. Cree que es el que necesita la ciudad y se centra únicamente en dos aspectos. Por una parte, remarca que hay que promover el turismo y garantizar la seguridad de los turistas y que, por lo tanto, “no les roben los relojes” —muchas veces de alta gama—. Por la otra, “no tocar más el Eixample”. “Estoy de acuerdo que hay que reducir el tráfico, pero no se puede hacer de manera tan caótica y crear atascos”, insiste.

Lo que tienen en común los distritos donde Trias fue el candidato más votado, el Eixample, las Corts, Gràcia y Sarrià-Sant Gervasi, es que tienen una renta mediana anual superior al resto de distritos de Barcelona. En cuanto a Sant Gervasi-Galvany, se encuentra, con 30.407 euros de renta mediana anual, entre los 10 barrios con más renta del Estado. Los datos provienen del Instituto Nacional de Estadística (INE), que también incluye dos barrios más de Barcelona en esta lista: las Tres Torres (32.958 euros) y Pedralbes (32.462 euros).
Los votantes de Trias
Cuando a principios de mayo Trias hizo una de sus declaraciones más polémicas, “Un señor que cobra 3.000 euros no puede llegar a finales de mes”, se dirigía, precisamente, a los votantes de estas zonas. No se dirigía al electorado otros barrios más populares, donde suele ganar BComú o el PSC, como es el caso del Raval (distrito de Ciutat Vella), del Turó de la Peira (Nou Barris) o de Horta (Horta-Guinardó).
Este último barrio no ha sido citado al azar, sino que es donde vivo Miquel Pons —nombre ficticio—, que trabaja en Sant Gervasi-Galvany desde los años ochenta. Reconoce al TOT que él no depositó la papeleta en la urna en favor de Trias. Escogió la de ERC. Esto hace que no se quiera mojar mucho al hablar del exalcalde, pero sí que se anima a compartir algunas de las cosas que ha visto desde su puesto de trabajo entre parte del electorado.

Concretamente, recuerda que un sentimiento instalado al imaginario colectivo desde los últimos años ha propulsado la victoria del alcaldable de Junts: el anticolauismo. “El anticolauismo ha hecho que haya mucha participación en el distrito”, afirma y añade que en algunas ocasiones se ha llegado a unos niveles excesivos. “Al bar donde voy a desayunar sentía tantos comentarios anticolau que, incluso, me planteé votar a Colau cuando tampoco me gusta”, admite.
Las cosas que tendrían que cambiar
Una vecina en la cual se entrevén algunos indicios de este sentimiento es la Neus Faixat —nombre ficticio—. Afirma al TOT que no ha votado y que no sabe mucho, de política, pero le alegra que el candidato más votado haya sido Trias y que la alcaldesa en funciones, Ada Colau, haya bajado a la tercera posición. ¿La razón? Cree que hay demasiadas cosas que tienen que cambiar. “Está todo sucio, hay mucha inmigración ilegal, a pesar de que yo no estoy en contra de la inmigración, y hay mucha delincuencia”, indica sobre una percepción de la inseguridad que le hace bajar al centro de Barcelona sin el móvil y con pocas joyas. “El turismo que tenemos, además, viene a desfasarse. La ciudad ha perdido mucho. Es una lástima”, señala desde un barrio que es un tipo de oasis respecto a la Barcelona que describe. Aquí las calles no solo están bastante limpias, también destacan los coches de gama alta y los peatones van vestidos con ropa de marca.
La Núria Ribet —nombre ficticio— va más allá de los clásicos temas contra la gestión de Colau, como la limpieza y la movilidad, y pone sobre la mesa una realidad de la cual se ha hablado muchas veces: la poca inversión municipal que se ha hecho en este distrito, el más rico de Barcelona. Se queja, concretamente, de la falta de equipamientos y plazas en escuelas públicas. Esta visión también la tiene su pareja, Joan Rubio —nombre ficticio—: “Cómo en teoría aquí tenemos más dinero, tenemos que vivir con pocas ayudas”.

A pesar de que esta pareja tiene puntos de vista similares en aspectos clave que pueden determinar la calidad de vida del vecindario, también tienen algunas diferencias. Dos de ellas son los candidatos a los cuales confiaron su voto. Rubio votó a ERC como “la solución menos mala”. “Soy de izquierdas e ideológicamente no podía votar a Trias”. Ribet sí que votó a Trias, ya que cree que puede hacer bien las cosas porque ya gobernó una vez. “No tienen mucho a ver. A nosotros nos une Catalunya”, bromea Rubio.