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El triunfo de Vox en Torre Baró: «Es una reacción visceral»

La resaca electoral es todavía palpable en el barrio de Torre Baró, en el distrito de Nou Barris. Al salir de la estación de Cercanías, se ve como del mobiliario urbano cuelgan pancartas y carteles de la CUP, de la alcaldesa en funciones Ada Colau y del candidato del PSC, Jaume Collboni. La cara de la cabeza de lista de los socialistas es, con mucha diferencia, la que tiene más presencia. No es extraño teniendo en cuenta que Nou Barris es un bastión histórico del PSC y que ha sido la fuerza más votada a Torre Baró con el 35,82% de los votos. 

La cara que no se ve, pero, es la del candidato de VOX, Gonzalo de Oro Pulido, a pesar de que se trata del segundo más votado al barrio con el 16,2% de los votos. Este es el porcentaje de votos más alto que el partido de extrema derecha ha conseguido en Barcelona, y Nou Barris es también el distrito donde más se ha disparado el número de personas que le han apoyado en las urnas. Con el 8,7% de los votos se ha convertido en el territorio donde ha tenido mejores resultados, a pesar de que gran parte de su electorado se encuentra en Sarrià-Sant Gervasi. 

8.699 euros de renta mediana anual

Una de las grandes curiosidades de este fenómeno es que los dos distritos están a años luz en muchos baremos socioeconómicos. Mientras Sarrià-Sant Gervasi concentra las rentas más altas de la ciudad, los vecinos de Nou Barris son los que tienen las más bajas, y Torre Baró es, además, uno de los barrios más castigados. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados el 2022, la renta mediana anual de este barrio es, junto con los de Ciutat Meridiana y Vallbona, de 8.699 euros. 

Torre Baró es uno de los barrios donde las rentas de los vecinos son más bajas / Jordi Play

No hay un único hecho que explique los resultados de Vox en Torre Baró, pero hablar con quienes mejor conocen su realidad, sus vecinos, puede ayudar a entenderlos. Uno de ellos es Joaquín, quien hace casi 60 años que reside en este territorio periférico de la ciudad. Tal como relata al TOT Barcelona, este apoyo a la extrema derecha no es natural ni ideológico, sino que es una reacción “visceral” o “un voto en contra” de la mala gestión del gobierno municipal en la ciudad y en Nou Barris. “Es una manera de decir a los últimos candidatos que han estado en el Ayuntamiento (Colau, Collboni y antes Trias) que no lo han hecho lo suficientemente bien”, recalca.

Paralelamente, Joaquín reconoce que confiar el voto al partido de Santiago Abascal es también una reacción negativa de los que sufren la crisis económica y de los que sienten abandono de las administraciones. En este sentido, no se puede olvidar que Torre Baró ha denunciado muchas veces abandono por parte de las administraciones, ya fuera por retrasos y mal funcionamiento del servicio de autobuses o suciedad en las calles, entre otros. Joaquín tiene claro que esto es una realidad en diferentes ciudades de Catalunya y que pasa con partidos políticos de diferentes colores. “Los barrios periféricos de cualquier ciudad siempre salen perdiendo. Estamos casi a la cola de las prioridades del Ayuntamiento”, afirma. 

Caída de la participación

Uno de los aspectos destacables de estas elecciones es que la participación ha caído respecto a la del 2019, y el distrito de Nou Barris es donde se ha notado más. La participación ha sido del 51,73%, y en el caso de Torre Baró del 41%. Esta realidad es fácilmente comprobable al andar por sus calles y preguntar por las elecciones a algunos jóvenes. Hay dos chicas que reconocen al TOT que, directamente, no quieren saber nada de política. Por su parte, David Cortés, de 19 años, va más allá y admite que no ha votado. ¿La razón? «Indiferencia». Considera que no hay ningún candidato bastante bueno. Esto, pero, no quiere decir que cualquier opción política valga. Le alegra que en el barrio haya ganado el PSC y no Vox y, dice que no entiende cómo ha acabado siendo la segunda fuerza más votada. «Aquí hay muchos migrantes y personas de clase trabajadora«, remarca.

Al pensar algo más en estas palabras, Cortés detecta dos posibles causas: la crisis y la precariedad laboral que castigan el barrio y, del mismo modo que pasa en otros puntos de la ciudad, los “fascistas” que viven. “Lo sé porque a veces he hablado de la Guerra Civil con vecinos y algunos que están a favor del bando nacional. La mayoría son gente más mayor, pero también te encuentras algunos jóvenes que piensan así…”, avisa.  

Uno de los bloques de pisos que se encuentran en la frontera entre Torre Baró y el barrio vecino de Ciutat Meridiana / Jordi Play

Muy diferente es la opinión de Ana Martínez -nombre ficticio-, que dice que “no le extraña” que Vox haya obtenido el 16,2% de los votos. Las expresiones corporales y el tono de voz con el cual habla al TOT denotan que está muy incordiada. Concretamente, con vecinos que, según denuncia, ocupan viviendas y no pagan la comunidad de vecinos y con otros que estiran el tiempo de paro o las ayudas para no trabajar. “Sé que hay gente que lo está pasando mal y puede ocupar por necesidad, pero hay personas con mucha cara dura”, advierte.

Sus quejas no acaban aquí. Martínez, que es vecina del barrio desde el 2003, también denuncia que se trata Torre Baró como un barrio de segunda y que, a diferencia del Eixample o Ciutat Vella, las obras y las visitas de políticos solo se producen cuando hay elecciones. “Cuando vienen se quedan en la plaza principal. Por qué no suben a ver todo el que falta en las calles de la montaña?”, se pregunta. 

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