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El silencio de los Comuns: las 48 h que acabaron con Collboni de alcalde

Jueves, 15 de junio del 2023. La preocupación en los despachos del número 131 de la calle de la Marina empieza a hacerse patente. Xavier Trias y Ernest Maragall están negociando un acuerdo para investir al ganador de las elecciones del 28M como nuevo alcalde. El pacto no está cerrado, pero las posiciones parecen más cerca que nunca y los Comuns ven cada vez más lejos su deseado pacto a tres bandas con el PSC y ERC.

La negativa de Jaume Collboni a sentarse en una misma mesa con Barcelona En Comú y los republicanos se mantiene. Ni las contundentes palabras del número 2 de Ada Colau, Jordi Martí, desmarcándose de cualquier triangulación con el PP y asegurando que no regalarán los votos al candidato socialista sin un acuerdo de gobierno, parecen capaces de precipitar esta reunión de las fuerzas llamadas progresistas. El peor de los presagios para los de Colau se confirma el viernes a primera hora de la tarde: ERC convoca las bases para avalar el acuerdo con Junts. Pocas horas después lo hace la formación encabezada por Trias. La investidura de la exalcalde pasa de amenaza a realidad en menos de 24 horas.

Las siguientes horas son un verdadero misterio en la sede de BComú. La convocatoria de las bases de ambas formaciones dinamita automáticamente cualquier opción de pacto con los republicanos, pero los de Colau se aíslan herméticamente y deciden esperar al día siguiente para convocar de urgencia la coordinadora del partido, solo unas horas antes del inicio del pleno de investidura. Ante la insistencia de los periodistas, los Comuns se remiten el viernes a las últimas declaraciones que hizo Martí el jueves. Oficialmente, no ha cambiado nada. Su posicionamiento continúa siendo evitar cualquier tipo de aritmética con los populares que acabe con Collboni de alcalde y solo facilitar los votos si hay un acuerdo de gobierno.

Trias y Maragall durante el pleno de investidura / Jordi Play
Xavier Trias i Ernest Maragall durante el pleno de investidura / Jordi Play

Convocatoria de urgencia sin consultar a las bases

Es evidente, sin embargo, que este aparente inmovilismo no era un reflejo de la realidad que se estaba viviendo en el 131 de la calle de la Marina. Si la opción de repetir una triangulación explícita o implícita con la derecha para arrebatarle la alcaldía a Trias no estaba sobre la mesa hasta ahora, según la versión oficial de BComú, aquel mismo viernes empieza a tomar fuerza en los despachos de la formación. Solo lo hace de puertas adentro, pero la desazón es suficiente para convocar el sábado a las diez de la mañana a la coordinadora. La decisión es controvertida, puesto que con el escenario que se planteaba el mismo viernes a primera hora de la tarde, el partido podría haber apostado por reunir a las bases y plantear este cambio trascendente de posicionamiento.

Los Comuns optaron por no hacerlo. Así se lo permite su reglamento interno, que indica que las bases solo son necesarias para avalar un acuerdo de gobierno, como el que se pactó en 2019 con el PSC y como el que podrían tener que votar después de las elecciones generales si finalmente deciden volver a entrar en el ejecutivo con los socialistas. En este sentido, fuentes de la formación precisan que la última sesión se celebró de manera extraordinaria el pasado 10 de junio con el objetivo de analizar los resultados electorales y aprobar el proceso de primarias para escoger a los consejeros de distritos, que serán nombrados en el próximo encuentro de las bases, que está convocado para el próximo 1 de julio.

Seis horas de debate y muchas dudas

El código interno del partido, pues, recoge que el resto de posicionamientos corresponden únicamente a los miembros del grupo municipal. Aun así, ante la entidad de la decisión a tomar y su trascendencia, no deja de sorprender que no consideraran oportuno llamar a filas a los militantes.

El intenso debate de la coordinadora se alargó casi seis horas y participaron directamente e indirectamente cerca de un centenar de personas. Las dudas fueron el posicionamiento mayoritario y la decisión de investir a Collboni no se tomó en ningún caso por unanimidad. De hecho, algunos de los miembros de la cúpula de BComú pensaban que la balanza se acabaría decantando más hacia la posición que la formación había defendido contundentemente hasta el mismo viernes. No hubo votaciones, solo se debatió alrededor de estas dos opciones. La decisión final la tomó exclusivamente el grupo municipal y no la militancia y se hizo pública a menos de una hora del inicio del plenario.

¿Un plan B encubierto?

El cambio de rumbo de los Comuns ha recibido en los últimos días numerosas críticas por falta de transparencia y se les ha acusado de haber perdido la credibilidad por acabar triangulando con el PP -oficialmente de manera no intencionada- para investir al candidato del PSC, tal como habían asegurado que no harían solo unos días antes del Pleno. Martí admitió este lunes en rueda de prensa que la decisión tomada estaba llena de «dificultades y contradicciones», pero negó que formara parte de una estrategia para facilitar posibles pactos futuros en el ámbito estatal.

El número 2 de BComú descartó que hasta el mismo sábado hubiera ningún «plan B» sobre la mesa más allá del pacto de izquierdas a tres bandas y también negó haber recibido ningún tipo de «presión, indicación, comentario u opinión» respecto al posicionamiento de la formación por parte de la vicepresidenta segunda del gobierno español y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. Aun así, las declaraciones que hizo Collboni el jueves por la tarde, donde aseguraba que si era escogido alcalde gobernaría con los Comuns, y su decisión de mantener la estructura gerencial y directiva que ha tenido el Ayuntamiento durante el último gobierno encabezado por Ada Colau, a pesar de tratarse de un procedimiento más o menos habitual, hacen sospechar que ambas formaciones podrían haber llegado a un acuerdo no oficial que podría desembocar en la revalidación de la coalición con el PSC después de las elecciones generales.

Acto de la campaña electoral Elecciones Municipales 2023 de Barcelona en común con Ada Colau, Jordi Marti y Janet Sanz en la plaza Cataluña.
Jordi Martí en uno de los actos de campaña de los Comunes / Jordi Play

Así también lo defienden tanto Trias como Maragall, que consideran que el desenlace de esta investidura es fruto de un pacto de estado decidido desde Madrid por parte de las cúpulas del PP, el PSOE y Podemos y con un claro componente electoralista de cara a los comicios del próximo 23 de julio.

Gasolina para las críticas

Precisamente, este martes se ha hecho público que Colau finalmente sí que irá a las listas de Sumar. En concreto, la líder de BComú cerrará la candidatura por Barcelona de manera simbólica junto con el exjefe de filas de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, y el ministro de Universidades, Joan Subirats. Este movimiento llega después de que Colau descartara públicamente de manera contundente esta posibilidad el pasado 31 de mayo y no hace nada más que dar alas a las críticas por flata de transparencia y credibilidad que reciben los Comuns, que se encuentran en un momento delicado donde se juegan su supervivencia electoral tanto en las españolas como en unas próximas elecciones catalanas.

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